En 1991, cuando EEUU libró la primera guerra del Golfo Pérsico, la CNN fue la única cadena que emitió los bombardeos en Bagdad. Aquel éxito la consolidó como la TV informativa de referencia en el mundo, a la que se conecta el público en primer lugar cuando hay un gran acontecimiento. Doce años después, aunque la situación política y bélica es similar, el escenario mediático es radicalmente diferente: ahora la CNN ha tenido que invertir en la campaña 35 millones de euros (casi 6.000 millones de pesetas) para intentar recuperar el liderazgo perdido hace un año ante FoxNews, con la que en 1991 no competía.

En la zona del Golfo, CNN tiene unos 250 productores, reporteros, cámaras y técnicos. De ellos un centenar en Kuwait y 20 en Irak, donde Sadam ha vetado a sus periodistas estrellas, Christiane Amanpour y Wolf Blitzer.

Todos ellos tienen medios más modernos que en 1991. También disponen de todoterrenos para moverse libremente. En definitiva, se benefician de una decisión empresarial de la última década, cuando la CNN fue la televisión que menos recortó su presupuesto internacional. También dispondrá de más periodistas en las plazas que el Ejército ha puesto a disposición de la prensa en las unidades desplazadas al Golfo, con las que el Pentágono intenta evitar las críticas de poca transparencia (el llamado embedding ). CNN tiene unos 31 reporteros, cinco más que ABC, NBC, CBS, Fox y AP.