Pocas horas antes de que en una cadena rival naciera, en directo, el primer bebé en la casa de Gran hermano , uno de los canales de la televisión pública holandesa enseñó lo que, tal vez, le espera a la niña en el futuro. Un reportero del programa Spuiten en Slikken (Pinchar y tragar) , que afronta sin tabús temas de drogas y sexo, esnifó el lunes cinco rayas de cocaína en media hora. Se trataba de mostrar a los telespectadores el efecto de los estupefacientes en el comportamiento humano.

Esta inconcebible muestra de telerrealidad se produjo una semana después de que el mismo canal mostrara al reportero borracho. De momento, la cadena ya ha anunciado que en las próximas nueve semanas el joven experimentará con heroína, anfetaminas y otras drogas.

SIN PROHIBICION

El ministro de Justicia de Holanda, Piet-Hein Donner, en una respuesta parlamentaria sobre el espacio, dijo que "no es deseable" que los realizadores de TV prueben drogas en pantalla. Aún así, señaló que no se habían constatado hechos delictivos, por lo que no se prohibirán las próximas entregas.

La emisión se produjo entre las 23.05 y las 23.45 horas, en la cadena pública BNN, que va dirigida a un público juvenil, y el conejillo de indias de este singular experimento es el conocido reportero Filemon Wesselink. Curiosamente, Wesselink se tomó la cocaína poco antes de acudir el domingo a un talk show de una cadena privada, en la que iban a entrevistarle sobre sus intenciones y experiencias.

Antes de acudir a la cadena rival, Wesselink grabó para su programa las sensaciones que experimentaba. "Tiene un sabor químico, y me pica en la nariz. Al principio me mareaba un poco, pero ahora me noto fino, atento. Hablo muy rápido. Parece que el cuerpo necesita unos minutos para encontrarse con la cocaína, y entonces te invade la paz". En el plató, supuestos expertos que debatían sin desaprobar el experimento, dijeron al reportero que con cinco rayas en media hora se había pasado.

A pesar de las preguntas parlamentarias de los democristianos, el espacio no ha causado repulsa social en Holanda, un país muy habituado a los inventos televisivos, como Gran hermano y el nacimiento, ayer, de una niña en directo, ya que en el casting se había buscado una concursante embarazada.