Sin necesidad de alzar la ceja, Carlos Sobera vende Jeopardy , el nuevo concurso con el que cada día (20.15 horas) se asoma a las pantallas de Antena 3 Televisión, como si esa fuera su hora feliz. Para explicar las virtudes del programa, Sobera ensalza sin pudor ¿Quién quiere ser millonario? , su ojito derecho en esto de los concursos --que volverá a las pantallas de A-3 TV dentro de poco--. Dos por uno para Sobera.

--¿Otro concurso?

--El concurso es el formato que más me gusta con diferencia. Siempre he dicho que es el género más creativo que existe, el que más te permite ser tú mismo. No hay guiones, y eso es básico para que yo pueda pasármelo bien, divertirme, ser caótico..., para ser yo mismo, vamos.

--¿Esta pasión la traía de casa?

--La he descubierto con la práctica. Yo he hecho muchos tipos de formatos y siempre me ha parecido que los guiones me constriñen. Me falta esa libertad que necesito para hacer mis cosas, que a unos les gustan y a otros no, pero que son muy mías. Son las que definen mi forma de hacer y mi carrera.

--¿Cómo va a ser el Sobera de Jeopardy?

--En El millonario estaba claro que yo tenía un papel más decisivo como juez, porque podía influir directamente en las decisiones de los concursantes. En Jeopardy , no. Este es un juego directo entre los tres participantes. El más rápido, el más inteligente y el que mejores reflejos tenga es el que va a ganar. Aparte de leer las preguntas y de confirmar si son buenas o no, lo que hago es crear un poco de tensión entre ellos. Y también, como hago en El millonario , combinar esa tensión con un poquito de humor, haciendo comentarios sobre las preguntas que salen. Pero digamos que no hay margen para el juego psicológico en Jeopardy .

--Pero usted debe descubrir cómo es cada uno de los concursantes con solo mirarlos...

--La verdad es que sí. Enseguida, cuando alguien llega a un plató, sé lo que va a dar de sí. Si te va a dar juego, si va a ser callado, si va a ser simpático, si es listo, si no... A El millonario van 10 personas por concurso y yo he hecho cerca de 1.000. Eso son 10.000 personas a las que he podido ver de cerca. Y llega un momento en el que sabes muy bien cómo va a actuar cada uno. Mi próximo reto va a ser escribir un libro sobre la psicología del competidor.

--Alguno le sorprenderá...

--Me asombran los profesionales del concurso. Son personas que han tenido la oportunidad de participar en varios formatos y son expertos en la mecánica y en la puesta en escena. Saben perfectamente cómo entrar a un plató, cómo mirar al presentador y cómo dirigirse al público. Yo alucino.

--¿Qué es lo que más ha tenido que trabajar en estos años en el mundo de los concursos?

--Lo que he tenido que desarrollar y fomentar más es la naturalidad. Cuando entras en un plató, la única forma de traspasar la pantalla y llegar a la gente, para lo bueno y para lo malo, es siendo tú mismo. Si no, no hay manera. Fomentas tu yo personal, tu espontaneidad, tu capacidad de emocionarte con las cosas de una manera verdadera, de fluir con los programas que haces y de identificarte con ellos.

--¿Tiene en su cabeza un formato ideal, a su medida?

--El mejor concurso que jamás se haya hecho es El millonario . Voy a tener difícil hacer un formato técnicamente tan perfecto. Y luego creo que el concurso que uno siempre quiere catar es el que está por llegar. La novedad atrapa. Y en esta profesión no vale otra cosa. Es todo efímero...

--¿Aún le suena el teléfono para trabajar como actor?

--Ahora mismo voy a doblar una peli de dibujos animados, Nocturna , de Filmax, con Imanol Arias. Pero como actor el teléfono me suena muy poquito.