Lo llaman humor cuando deberían llamarlo broma, bromita, o si lo prefieren, brometa. Es el caso de Juan y Pepe, los componentes del dúo Cruz y Raya, que llevan afincados en TVE-1 desde hace mucho tiempo. Han encontrado un estilo cómodo para todos: el escapismo de lo gracioso. Pretenden seguramente aquello que llaman humor blanco, apto para chicos y mayores. El humor blanco es otra cosa. Lo consiguió Gila muchas veces. Por ejemplo, cuando decía aquello de "había una familia tan rica, tan rica, que llenaban la cisterna del váter con agua mineral". Lo de Cruz y Raya no llega a este matiz de guante de seda e inteligencia. Quizá ni lo pretenden. Lo suyo es en realidad ingeniosidad acomodaticia para que no suene el teléfono y se queje algún jefe. Declinan del deber del humorista o del bufón. Aquel deber que, según Leo Bassi, se fundamenta en tener en buen estado los dientes, los colmillos sobre todo. El otro día, en medio de la broma, esta pareja decidió morder. Y mordió a la copresentadora del Telediario-1 de TVE. O sea, confundieron humor blanco con Ana Blanco. Salió Juan disfrazado de ella, y le puso voz de hombre de las cavernas. O sea, siguieron con lo cómodo: si hay que reír un poco, se ríe a costa de la simple presentadora. Pepe, por su parte, también hizo un ensayo de broma sobre Urdaci, director de Informativos de TVE. ¡Hombre!, nos dijimos en casa, ahí sí que cabe un mordisco sano, francamente. Pero en este caso no hubo mordida: hubo trabajo de lengua. Cabe aconsejar a Cruz y Raya que algún domingo vea lo único que se puede ver del programa de Fuentes (Tele 5), es decir, esos tres o cuatro minutos en los que Quique San Francisco ejerce su sátira magistralmente. La semana anterior, Quique depositó su atención sobre Urdaci precisamente. Le lanzó un bocado excelente. Dijo: "En el Telediario-2 no hay un enamorado, hay dos. Letizia, del Príncipe, y Urdaci, del Gobierno". Tomen nota.