Daniel Diges tenía un doble sueño al llegar a Oslo para participar en el Festival de Eurovisión: cantar dos veces su Algo pequeñito en la gala y copar las portadas de los periódicos al día siguiente. Como dijo ayer, sus dos sueños han quedo cumplidos sin haber ganado. El milagro se lo debe al inefable Jimmy Jump que, con su irrupción en el escenario, forzó la repetición de la canción y situó al artista en todos los medios.

Con esta filosofía tan positiva de la vida se ha tomado Diges la situación "surrealista" que vivió el pasado sábado al ver aparecer a un extraño bailarín con barretina en medio de su actuación. "Hay muchas formas de ganar en la vida, y yo me siento ganador, porque mi actuación ha tenido repercusión. Peor es que no hablen de ti", aseguró.