--¿Cómo preparó su papel?

--Por lo que respecta a la moral del personaje- eso no lo tomé de los periodistas de verdad (risas). Hablando en serio, soy fan del nuevo periodismo, que estudié antes de ser actor y, además, pedí a los productores visitar un diario, en Vancouver, con lo que vi cómo era la vida en una redacción. Chad es de esos periodistas que son tu amigo, más que tu profesor de historia.

--Pero parece siempre desesperado por una buena historia...

--En él se debaten dos personas: la que quiere ser respetada y ofrecer la verdad, y la que quiere ser conocida y admirada. ¡Hay que darle una oportunidad! Seguro que se irá transformando en mejor chico de lo que es.

--¿Veía usted ´V´ en los 80?

--¡Mis padres no me daban permiso! Me mandaban a la cama porque era pequeño. De todos modos, mi hermano mayor sí podía verla y yo, a la mañana siguiente, le preguntaba: ´¿qué pasó ayer con los lagartos?´.

--¿Por qué cree que la ciencia ficción aún engancha?

--La imaginación de las historias de este tipo nos cautiva a todos. Si una serie de ciencia ficción está bien hecha es perfecta para hablar de la vida que vivimos. Desde ese género se pueden tratar temas muy serios.

--Dígame alguno.

--¡Hay tantos! En V se ve el miedo a los alienígenas que llegan a la Tierra, pero, en realidad, se aborda la religión, la política, el miedo a la muerte. El miedo al otro es algo primario

--¿Cree en la vida alienígena?

--No diré que no creo en alienígenas, ¡porque me pueden estar escuchando! Pero es pretencioso pensar que somos la única vida.

--Si se encontrara con un visitante. ¿Cómo reaccionaría?

--¡Querría hablarle! En la serie dicen que vienen en son de paz...