Una de las hijas, la más pequeña, del banquero millonetis de la teleserie Ana y los siete (TVE-1), le dice a su hermanito: "Ahora o nunca: es la última oportunidad de que papá embarace a Ana". Y acto seguido los dos niños encierran a su padre en el dormitorio de Ana, con ella dentro naturalmen-te, y esperan que la sabia naturaleza haga el resto.

Novedoso golpe dramatúrgico: una niña de apenas 8 añitos transformada en alcahueta. Es verdad que la criatura lo hace para que su padre no se case con la cursi y remilgada Alexia (Silvia Marsó), pero la aportación de TVE a la cultura teatral es indiscutible: han inventado la Brígida más joven de la historia. Tome nota don José Zorrilla desde su panteón.

Como que este capítulo coincidió con la final de Gran hermano , decidieron no desvelarnos todavía quién se casa con el banquero.

Nos dejaron en la iglesia, con Alexia en el altar y Ana llegando a toda mecha para intentar evitar la boda. O sea que nos quisieron crear una ansiedad para que les sigamos viendo el próximo jueves. Son muy crueles.

De todos los diálogos y pamplinas que escuchamos en casa viendo este capítulo, sólo nos gustó uno. Cuando Silvia Marsó le dice a Ana: "Para la boda ¡ponte un traje de tu talla!". Sí señora. Póngase por una vez la Obregón un vestido que le entre. En casa estamos hasta el gorro de andar recogiendo por el suelo los restos de silicona que salen disparados, tras la explosión.