La cálida personalidad de Alessandra Rampolla es el principal atractivo de esta sexóloga que llega a la parrilla de La Sexta (23.20 horas) con el espacio Alessandra... solo sexo. Su reto es hacer olvidar a sus predecesoras: Elena Ochoa y Lorena Berdún. "Cada sexólogo que incursiona en televisión aporta algo distinto según su personalidad", apunta.

--¿Cómo se definiría?

--Soy naturalmente bastante cálida, muy relajada, y no soy seriota ni rígida, como a veces sucede con académicos. El gustito, el calorcito que se le puede aportar al tema es lo que puede marcar un poco la diferencia. Cuando dos personas hablan de sexo a veces es difícil abordar el tema con seriedad sin caer en chabacanerías y vulgaridades. Hacemos un gran esfuerzo para que nunca sea el caso.

--¿Tiene temas tabú?

--No le temo a ninguno. Incluso me parece importante abordar los que pueden resultar incómodos para alguien, porque creo que cuanta más información tengamos, mejores decisiones podemos tomar y mejor podremos manejarnos. Sí creo que hay unos límites básicos que deben respetarse. Pero son muy amplios.

--¿Hay diferencias entre países?--Tengo mucha experiencia en distintos países de América Latina y EEUU, pero no en Europa. Mi prejuicio, digámoslo así, es que los españoles eran súper liberados, súper abiertos. Pero al empezar la producción, al equipo le costaba que la gente se animara en la calle a hablar. La televisión en Europa provoca mucho, comparada con la de Puerto Rico, que es tan conservadora. Pero me he dado cuenta de que, dentro de esa aparente apertura, aún hay mucho pudor en España y personas que son muy recatadas con el sexo.

--¿Sabe que su apellido llama la atención en España?--(Risas) Ya me enteré que tiene un doble sentido terrible. ¡Ay, Dios mío, que vergüenza! (Risas) En Puerto Rico, la polla sería, qué sé yo, ¡la hermana del pollito! ¿Qué puedo decir? Es mi apellido, soy sexóloga y si en España tiene doble sentido, pues puede que nos ayude, que provoque curiosidad: ¿Quién es esta mujer? ¿La polla? Si así se asoman a verme y me conocen, soy feliz.