El lunes por la noche, a eso de las diez, tuvimos un problema en casa. A esa hora, normalmente, solemos salir al balcón a practicar la cacerolada. Pero había comenzado Hotel Glamour , en Tele 5. Tremenda duda existencial. No sabíamos qué hacer. Fuera, nuestros vecinos de Gr cia repicaban sus cacharros en contra de la masacre. Dentro, Aramís Fuster y la Encarni se pegaban un meneo letal. Decía Encarni, encendida, barriobajera, ácida: "¡Estoy de Aramís hasta el coññño ! Su madre está enferma, ¡pero lo está desde que ella entró aquí!". Contestaba Aramís, más venenosa si cabe: "Eres una muerta de hambre. Te echarán del hotel y no podrás pagar la hipoteca. ¡Gorda!". Llegó un momento en que la hiel de la refriega adquirió tintes salvajes. Temí que se agarrasen por los pelos y quedase el humilde parquet de casa manchado de Farmatint y sangre. ¡Ah!, qué trabajo el de los guionistas de la productora Gestmusic. Qué olfato el de Cruz&Mainat, los amos del tinglado. Mientras la República de Gr cia golpeaba cacerolas en protesta por la guerra, los progres de antaño conseguían mermar la cacelorada atrayéndonos hacia su aquelarre. Frente al No a la guerra, contraatacaban con la batalla de las Encarnis . Si los generales aliados fuesen listos, y en lugar de lanzar bombas lanzasen el Hotel Glamour en Irak, la guerra ya habría acabado. Quedaría, eso sí, un país irrecuperable: todos los edificios en pie, pero ni un cerebro sano.

La caballería de M.A.R. --. Ha causado gran satisfacción en los círculos íntimos de La Moncloa, la aparición en el programa de Manel Fuentes (La noche con... , Telecinco) del exportavoz del Gobierno de José María Aznar --hoy emergente hombre de negocios publicitarios-- Miguel Angel Rodríguez, también llamado M.A.R., Ha gustado, sobre todo, una frase gloriosa que lanzó en apoyo de su exjefe y de su guerra. Dijo: "Por primera vez, el séptimo de caballería es nuestro y no estamos haciendo el indio". ¡Ah!, cómo cabalga.