Comentan en La Sexta que Javier Pons, director de TVE, llamó a su exjefe, Andreu Buenafuente, para pedirle que aflojase con el montaje eurovisivo, Rodolfo Chikilicuatre (personaje cómico del actor David Fernández). Y es que este falso cantante creado por la prolífica factoría Buenafuente está reventando la idea de TVE de buscar a su representante para Eurovisión a través de una oferta abierta por internet. ¡Qué cosas! Pons, hasta hace un par de años directivo de El Terrat, de Buenafuente, y partícipe de montajes como el del cantautor Carlitos, El Neng o El Gilipollas (David Fernández), ahora sufre las divertidas pantomimas de sus antiguos colegas.

Al margen de esta anécdota, el caso es que el Festival de Eurovisión está viviendo en las últimas ediciones una evolución que se escapa al control de la organización y que está haciendo de este certamen musical un fantástico festival del humor. Ya no interesa la música, que realmente es flojita, sino que ahora los participantes optan por el esperpento, la parafernalia más absurda y kitsch para lograr la simpatía del espectador y sus votos, como demostró en el 2006 el terrorífico grupo finés Lordi. Todo vale. Hasta presentar a una marioneta, el Pavo Dustin, para entonar por Irlanda la canción Irelande douze pointe (Irlanda, doce puntos). Ante este panorama, cuesta creer que en TVE no supiesen la que se les venía encima abriendo en la red las candidaturas para Eurovisión. Seguro que ya intuían la irrupción de todo tipo de freakies, como La Pajarraca, o el septuagenario El Gato. Pero quizá lo que no previeron es la aparición de un candidato promocionado por la competencia (La Sexta) y que, además, es un farsante.

Todo esto aún pone más en entredicho el concepto del festival. ¿Quién va a Eurovisión, el representante de España o de TVE? ¿El espectador español es soberano para elegir libre y democráticamente al eurovisivo de turno, sea el que sea, o lo que sea? Y si Irlanda quiere dar el cante con el Pavo Dustin, ¿por qué no puede participar el falso trovador Rodolfo Chikilicuatre?

Lo dicho. Eurovisión se decanta hacia el chistevisión. Pero como TVE no está por la labor, ya tiene previsto una serie de cortafuegos para mantener incólume el espíritu del certamen: los cinco primeros candidatos elegidos en internet se enfrentarán con otros cinco elegidos dedocráticamente por expertos de la tele en una gala --el sábado 8 de marzo-- de la que saldrá el representante para Eurovisión. ¿Alguien duda de que el elegido será uno de los candidatos de TVE?

Pero puede que toda esta discusión sobre el futuro del festival quede en el aire: ya se rumorea que la próxima edición, que se debe celebrar en Belgrado, se va a suspender; allí no están ahora para chistes europeístas.