El ministro francés de Cultura, Frédéric Mitterrand, ha anunciado que la supresión total de la publicidad en la tele pública, prevista para finales del 2011, se aplazará al menos hasta el 2014. Las razones aducidas por Mitterrand para este aplazamiento son puramente presupuestarias. Para compensar los ingresos que la tele pública obtenía por espots, se aprobó una ley en el 2009 que establecía una dotación estatal de 450 millones de euros, además de un incremento del canon audiovisual que paga cada hogar equipado con un televisor, de 116 a 120 euros.