Tras adentrarse en el mundo de la tauromaquia, Frank Cuesta vuelve a DMax hoy (21.30 horas) con una nueva entrega de tres capítulos de Wild Frank, dedicada esta vez a la caza. Y para conocer más de cerca esta práctica y cómo afecta a la naturaleza, el divulgador ha recorrido varios puntos de España, dando voz a los cazadores y a los animalistas que luchan contra ella.

«El espacio intenta concienciar, sobre todo a la gente joven, de que si queremos defender a los animales y la naturaleza, lo tenemos que hacer desde el entendimiento», sostiene Cuesta. «Hacer un programa sobre la caza es acercar ese mundo a la gente para decirle: a lo mejor hay caza que no está tan mal, porque la del 2019 es necesaria para el mantenimiento de las especies».

Para describir esta compleja realidad, el herpetólogo visita enclaves de Galicia y Andalucía, pasando por Guadalajara, Teruel, Toledo, Ciudad Real y Madrid. Allí conoce a quienes practican la caza mayor y la ven como una «gestión del ecosistema». «Gente que entiende la naturaleza, que la gestiona, limpia y cuida. Con la mente puesta, eso sí, en puntos como que el plomo no es bueno para el medioambiente y por eso se está buscando munición más ecológica. Eso son los cazadores. Luego están los escopeteros, que son los que disparan a cualquier cosa», aclara Cuesta.

También aparecen quienes reclaman el fin de las subvenciones públicas a la caza y que esta no se considere una práctica deportiva. «Es muy complicado que tú, desde tu ciudad, simplemente porque te gusta ver un ciervo corriendo, entiendas que donde hay 500 tendría que haber 100. Y que eso afecta a esa especie por un tema de genética, enfermedades, comida.... La naturaleza es dura, sucia e injusta», sostiene. Y añade: «Los animalistas hacen una gran labor dando una voz de alerta y diciendo que hay que regular la caza. Si no se convierten en terroristas, con insultos como el de asesino, claro».

El divulgador no cree que se trate de una lucha entre gente de campo y urbanitas: «Es entre humanos. Unos y otros deberán entenderse y llegar a acuerdos». En el programa también tienen voz los agentes de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, que luchan contra los furtivos, «que son los que más daño hacen al mundo animal».

Más del 80% del territorio español está declarado cinegético. El espacio de DMax muestra que «el mundo rural está muy abandonado y que hay pueblos que viven de la caza. Porque esta no es solo pegar tiros, también hay transportistas, ojeadores, limpiadores de monte...», recuerda. Además, España es uno de los principales destinos de turismo cinegético de Europa, con 40 modalidades de caza. «Hay zonas en las que se organizan monterías, que es un negocio; en otras, más rurales, cazan para hacerse una liebre con arroz el domingo... Unas me parecen mejor y otras, peor. Pero lo que es cierto es que dentro de nosotros hay un cazador», asegura.

GALGOS Y LOBOS / Cuesta no cree que Wild Frank. Caza permita conocer mejor a los cazadores, objetivo de partidos como Vox: «Más que de cazadores, habla de naturaleza». Y de temas espinosos como galgos, lobos y perros peligrosos. «Nadie se moja así; se ponen de perfil. Pero teníamos que entrar en todo. Y la presión a nivel personal es brutal. Es exponer una imagen pública. En algunos casos se difamará; en otros, se engañará, y en otros, se entenderá».

Este mes se han cumplido 20 años que Cuesta se dedica a rescatar animales, y aunque ha ganado de todo menos amigos, no flaquea. «No vas a salvar el mundo, pero puedes hacer un mundo mejor alrededor tuyo», concluye.