Eva Santolaria debutó en el cine en 1995 en el filme Susana , y en el 2003 apareció en Días de fútbol , pero su carrera profesional se ha centrado estos últimos 10 años en la televisión, y en concreto en Tele 5.

--¿Cuál es la secreto de Siete vidas?

--Los guiones. Son ingeniosos y hay referencias constantes a la actualidad, con chistes, comparaciones... Además, los diálogos son mordaces, ácidos y directos. Se habla el lenguaje de la gente de la calle, se dicen cosas cotidianas, que normalmente no suelen oírse en televisión.

-- ¿Cinco años no son muchos con esta telecomedia?

--Por lógica, la serie tendría que haberse quemado, pero la repuesta del público es un misterio, y las audiencias hablan por sí solas: cada temporada ganamos espectadores.

--¿Es una ventaja grabar con público en el estudio?

--Es un incentivo, porque captas la respuesta como en el teatro. Ensayamos toda la semana, y el día de grabación es como si fuera el estreno.

--Defina a los personajes.

--Son una extraña pandilla de perdedores, lo que les confiere un carácter entrañable; al telespectador le gustaría meterse en su mundo, incluso tenerlos como vecinos.

--¿Y el suyo?

--Vero es un personaje un punto vulnerable e inmaduro, con mucho carácter y un mecanismo de autodefensa, aunque en el fondo está deseando que la quieran. Ha ido evolucionando. Al principio era más autosuficiente, manejaba como quería a los chicos. El contacto con el resto de personajes la ha ido ablandando.

--En la serie proliferan los cameos. ¿Alguno le ha sorprendido?

--David Bisbal, por su desparpajo y naturalidad. Es inusual: quien no es actor viene cortado .

--¿Es difícil hacer reír?

--En Siete vidas es complicado, y en general cuesta romper la barrera, si no estás acostumbrada. No se trata de ser el más gracioso, sino de adaptarte al rol de tu personaje, integrándote en el grupo.

¿Qué personaje le ha marcado?

--El de Valle, en Compañeros , por el éxito de la serie: fui víctima del fenómeno fan. Y llega un momento en que te cuesta desengancharte de un personaje de adolescente que te encasilla.

--Empezó en la telenovela catalana Nissaga de poder, ¿qué recuerdos guarda?

--Los mejores. Fue mi gran escuela: aquel culebrón te permitía cambiar de registro y yo era la primer fan que me enganchaba a los guiones.

--También hizo sus pinitos en El club de la comedia.. .

--Sí, fue una experiencia aterradora, y al mismo tiempo maravillosa. Era la primera vez que me subía a un escenario profesionalmente, y cuando empezaba a disfrutar y a relajarme, ya se había acabado. El tema del monólogo era estar con varios hombres a la vez...

--¿La tele es un buen trampolín?

--Es una buena escuela, por ejemplo de cara a obtener un papel en el cine, si la sabes aprovechar. Al ser un medio inmediato, te permite probar cosas. Pero hay que saber cuándo debes dejar un trabajo, no encasillarte, no explotar un personaje.

Siete vidas. Tele 5, 22.00