No usar el nombre de Letizia en vano debería ser un mandamiento. Se le haría un buen servicio a ella, y nosotros descansaríamos de tanto gato por liebre. Pedro Piqueras nos dio mucho gato y poca liebre la madrugada del jueves, en su programa Siete días, siete noches (A-3 TV). Anunció, de una forma grandilocuente: "Así es Letizia Ortiz". Y añadió, mascando con los dientes una papilla hecha de morbo y de misterio: "¡Haremos ahora la máquina de la verdad, a Letizia!". ¡Ah!, en casa recordamos de pronto al periodista Julián Lago y tuvimos un susto tremendo. Y también una curiosidad enorme, para qué nos vamos a engañar. Ver a la futura reina de España enchufada al terrible ingenio, llena de cables, y con la aguja del sismograma a toda mecha, nos provocó una rara concupiscencia.

La realidad, no obstante, fue otra. Contrataron a un psiquiatra, a un polígrafo y a un supuesto experto en el lenguaje de los gestos, y mirando los vídeos de la ceremonia de pedida de mano, y del concierto --esos vídeos que ya hemos visto todos mil veces-- los pespuntearon con exaltaciones peregrinas y diversas. Por ejemplo: "Letizia evoluciona a muy buen ritmo. Se va a poner a la par de la familia real en muy poco tiempo". O esa otra, que también es para premio: "Con el dedo pulgar de su mano, el Príncipe le transmite una seguridad enorme". Resumiendo: creyó Pedro Piqueras que lanzando el nombre de la prometida de Felipe de Borbón como anzuelo conseguiría una gran cosecha. Lo único que consiguió es perder el poco crédito que le quedaba de la época en que presentaba informativos. ¡Ah!, con lo serio que era.

Ratomaquia ilustrada --. Han expulsado el pasado jueves a Bea de la jaula (Gran hermano , Telecinco). No es noticia: con la expulsión de Aida nos han agotado el interés y la paciencia. Cabe, eso sí, una perla mejillonera. Brotó cuando Merceditas Milá elogió el placer de la lectura. Bea respondió: "No lo sé. No he leído un libro entero nunca". Ya es eso.