Más llamadas estupendas. Hoy toca la que el miércoles le hizo Georgg Bush a Jose Mari Ansar . Le pilló precisamente cuando estaba departiendo en El guiñol de C+. Le dijo, con inmensa alegría: "Mi querido Ansar , ¡en Massachusetts han aprobado los matrimonios de homosexuales!". Y Ansar , preso también de una enorme excitación, contestó: "No me digas más: ¡salgo para Massachusetts enseguida!".

¡Ah!, la irreverente mordida del guiñol nos ilumina. Retrata la alegría con que esta pareja ha recibido noticia tan estupenda y permisiva: consagra el afecto que se tienen, y les allana el camino hacia un machihembrado legal y feliz.

De esta edición de los muñecos, destaquemos también otra ironía. Sacaron a Jordi Pujol con bigote. Un bigote frondoso y estupendo. Un bigote negro, poblado, y en forma de cortinilla. O sea, un bigote clavado al de Carod. También estuvo bien visto: si la teoría de la evolución de las especies nos advierte de que la función crea el órgano, es evidente que el bigote del presidente en funciones no es fruto del azar. Es la consecuencia de ese anhelo, tan natural, tan bonito, que después de ganar las elecciones le ha sobrevenido: agradar a la pareja con la que aspira a conformar matrimonio político.