El Festival de Eurovisión, que se celebrará en mayo en Moscú, se ha llenado de escándalos dos meses antes de su celebración. Primero, Rusia eligió el domingo a una polémica cantante ucraniana para molestar a Ucrania, su antiguo vasallo soviético. Y ayer el Kremlin hizo que Georgia, otra antigua república soviética, abandonara el concurso de manera forzosa.

A los organizadores rusos les pareció sospechoso el texto de la canción del grupo georgiano Stephane & 3G, que debía viajar a Moscú. Según la versión rusa, las palabras en inglés We Don´t Wanna Put In se referían nada menos que al primer ministro ruso, Vladimir Putin. Esos recelos hicieron a la Unión Europea de Radiodifusión (UER) pedir el martes a los organizadores georgianos que modifiquen la letra porque no cumple con las reglas del festival de la canción.

"Georgia decidió no modificar el texto bajo las presiones de Rusia y no participará en el concurso", declaró Natia Uznadze, directora del proyecto nacional para elegir al representante de Georgia en el festival. El estribillo de la polémica canción --We Don´t Wanna Put In / The negative move / It´s killig the Groove-- podría traducirse haciendo un juego de palabras, según publicaron medios rusos, como No queremos a Putin / El mal rollo / Estropea la buena onda.

Antes de la final nacional, Uznadze aseguró que la canción no tenía nada que ver con los políticos, aunque los miembros del grupo afirmaron que era una protesta contra la política de Rusia. La cantante georgiana, Diana Gurtskaia, que representó a Georgia en Eurovisión el año pasado criticó la decisión de su país de boicotear el concurso. "Todo este escándalo se ha montado para que el grupo no vaya a Moscú. Estaba claro que con esa canción la participación georgiana iba a ser un fracaso garantizado", dijo Gurtskaia.

No es la primera vez que Rusia se siente ofendida por una canción eurovisiva. En el 2007, a los rusos les pareció oír las palabras "Russia goodbye" en la canción del travesti ucraniano Verka Serdiuchka. El propio cantante precisó que eran unas palabras sin sentido: Lasha tumbai. La elección de la representante rusa también ha levantado polvareda. La elegida es Anastasia Prijodko, una joven ucraniana de 21 años que interpreta su canción en ucraniano, lo cual ha acalorado al público. El productor de la otra finalista, Valeria, opinó que la canción Mamo (mamá en ucraniano), que interpretará Prijodko, "no tiene nada que ver con la cultura rusa". Sin embargo, Konstantín Meladze, el productor de la ganadora, dijo que este hecho será bueno "para la amistad entre rusos, ucranianos, georgianos y todos los demás". Prijodko fue eliminada del concurso nacional en Ucrania y apareció en las listas rusas en el último momento. La cantante, que no llegó a la final en su país natal, acusó a los organizadores de falsificaciones y exigió repetir la semifinal.