Genny Savastano se dispone a cambiar la chupa de cuero por el traje dos piezas y una camisa blanca, que, como ya decía su malogrado padre, hace de cualquier tipo un hombre honorable. El feroz camorrista de la serie Gomorra está decidido a reinventarse de nuevo, lavando su imagen brutal y, a ser posible, su sucio dinero, en el mundo de los negocios legales. Así lo explicaba a este diario su alter ego, el actor Salvatore Esposito durante el rodaje en Londres de uno de los 12 episodios de la cuarta entrega de la aclamada serie, cuyo estreno está previsto para el 2019 en la plataforma de pago Sky.

«Mi personaje va a sufrir una evolución -explica Esposito en un descanso del rodaje-. Decide proteger a su familia y convertirse en un hombre de negocios, buscar un camino más seguro. Una nueva vida». Eso llevará a Genny a tomar «decisiones difíciles» en su entorno. «Se vuelve alguien más estratégico, con una mentalidad similar a la del padre y quiere marcar las distancias con los que antes le rodeaban». Habrá nuevas amenazas «y enemigos despiadados, con un nuevo equilibrio de poder», adelanta.

El Genny trajeado acude a la capital británica acompañado por un lugarteniente para cerrar un acuerdo con una empresa de la City. La escena discurre en Chandos House, una aristocrática mansión georgiana, que lleva el nombre de la marquesa para la que fue construida en 1777 y fue embajada de Austria. Actualmente, es un lugar donde se celebran bodas, conferencias y reuniones de financieros que quieren impresionar a clientes extranjeros.

El salón alfombrado, con chimenea, cuadros de ilustres desconocidos y sillones de cuero envejecido, queda muy lejos del paisaje desolado de Secondigliano y Scampia, los barrios misérrimos de Nápoles, ejes del imperio camorrista. Al napolitano le recibe el elegante Patrick, un inglés de acento distinguido, seguro, resuelto, que va «directamente al grano» y le propone, contrato en mano, formar parte de «una compañía inglesa respetable y bien conocida en su campo». Genny, sentado en el sofá, no responde, solo chasca la lengua. La toma se repite varias veces, desde distintos ángulos y de golpe aquello recuerda a McMafia, otra gran serie de mafiosos -en esa ocasión rusos- con los cuarteles generales en el centro financiero londinense. «Esa sociedad inglesa será útil para algo que está preparando en Italia, pero no os puedo contar más», comenta Esposito.

El rodaje del cuarto episodio en Londres duró tres semanas. Ese sábado soleado y veraniego, más propio de Nápoles que de la ciudad del Támesis, atrajo a algún que otro fan de la serie, como Ricky Gervais. El cómico, protagonista de The Office, se presentó en camiseta, pantalón corto y unas gafas de sol muy mafiosas. Aprovechó una pausa de los actores para salir al jardín con ellos y echarse unas risas. Gervais había dado su veredicto en un tuit sobre Gomorra, en la primera temporada. «Está a la altura de Los Soprano o The Wire. Tal vez sea la serie de la década». La audiencia le está dando la razón.

Cambio de escenario

Bolonia será otro de los escenarios de la nueva temporada, en la que adquirirá mayor importancia Azzurra, la esposa de Genny, hija del boss Giuseppe Avitabile, interpretada por Ivana Lotito. «Es una gran cómplice, de una manera productiva, de una manera peligrosa. Un personaje importante en la nueva forma de hacer negocios», apunta la actriz. El final promete ser una gran sorpresa. El escritor Roberto Saviano, enemigo declarado de la camorra y en cuyo libro está basada la serie, ha supervisado el guion.