Dos peces de colores nadan en un acuario de cristal. Se llaman Patricio y Naranjito, y no son conscientes de que alguien los observa desde lo alto. Los vigilantes se llaman David y Mila, y ellos sí que son conscientes de ser el centro de todas las miradas. O, por lo menos, de unas cuantas. También están atrapados entre unas paredes de cristal, aunque, en su caso, es por voluntad propia.

Son los seleccionados para participar en La casa de cristal, un reality show que se emite en Levante TV y en el que una pareja de desconocidos debe convivir 33 días en un habitáculo de cristal de 18 metros cuadrados situado en plena calle, en Valencia, desde el que pueden ser observados por todo el mundo. Se trata de una única habitación, salvo un minúsculo lavabo con los cristales oscurecidos. Si aguantan, se reparten los 20.000 euros del premio. Pero si la experiencia se volviese insoportable pueden pulsar un botón rojo para abandonar el concurso.

El miércoles pasado, David, de 23 años, y Mila, de 20, entraban en la casa. En apenas unos días ya les han salido fans. Según la organización, hay gente "prácticamente a todas horas" delante del cubículo. El viernes por la noche se contaban fácilmente cien curiosos.

Este es el primer reality showemitido en Europa en el que quien quiera puede visitar el plató en todo momento. También se puede seguir la actividad de la casa las 24 horas a través de internet y en Levante TV, una cadena local que emite ocho resúmenes diarios, además de dedicarle una hora en su magacín nocturno de los viernes.

A falta de las audiencias televisivas, el primer día la página web registró 9.000 visitas. El funcionamiento es similar al de otros muchos realitys: se trata de convivir bajo la vigilancia constante de las cámaras (seis en total), con la singularidad añadida de que aquí el espacio es exageradamente reducido y las paredes totalmente transparentes. Varias cadenas nacionales se han interesado ya por el programa, aunque todavía no hay ningún acuerdo cerrado.

EXITO EN LATINOAMERICA El formato nació en Santo Domingo en el 2003 y ha sido un éxito en Latinoamérica. La primera pareja que entró a la casa se enamoró, se casó y, como ya le había cogido el gusto a eso de las cámaras, también tuvo a su primer hijo en directo. Será por eso, o porque antes de entrar en La casa de cristal a David le requisaron, además de dos libros y un mp3, una caja de preservativos, que el padre de Mila, preguntado por una reportera de televisión sobre cuál era su principal preocupación respecto al programa, contestó, muy serio: "Que no salga embarazada".