Aparece en el hall del hotel con una sudadera XXL --la misma talla que gasta de simpatía--, en la que se puede leer Dark Future. No le representa. Porque su futuro se vislumbra tan luminoso como lucen sus ojos al hablar de música. Hugo Cobo (Córdoba, 1999) salió en junio de la edición de OT más atípica por el dichoso covid con un single, Demonios, y un contrato con Sony. Ahora acaba de publicar Intenta olvidarme, lo último que querría que hicieran sus fans, que han esperado con paciencia la música que le vieron componer en el talent más largo de la historia.

El triunfito ha querido imprimir a sus dos primeros 'singles' su toque roquerillo. / ÁLVARO MONGE

«Intenta olvidarme no se diferencia mucho de Demonios, pero es que a la gente le gusta verme de roquerillo», asegura el joven cordobés, de 20 años, que en OT se pasaba el día componiendo por las esquinas. «No puedo parar de escribir. Es adictivo», asegura, consciente de que esa es la mejor droga para un chaval. «Lo recomiendo. Es la manera de quitarte todo de la cabeza un rato», señala. En el cole no escribía mucho, reconoce: «Pero cuando me ponía, aprobaba y todo. Pero porque yo quería. Es que pasamos por unas edades…», dice mirándolo con distancia.

Dotes de actor

Lo que sí tenía claro desde niño es que lo suyo era la música, aunque a punto estuvo de tirar la toalla. «Era difícil, pero quien la sigue la consigue». Y ese empujoncito se lo dio OT, en cuyos castings sobresalía por su carisma. «Esto pasa una vez en la vida. Y no a todo el mundo», valora. Su edición ha sido diferente. «Somos los pobrecitos: ¡ay, pobrecitos que esto..!», “¡ay, pobrecitos que lo otro...”, explica, pero, pese a todo, él supo exprimir la experiencia. «Depende de cómo lo lleves tú administrado en tu cabeza. Porque es fuerte que te quiten el móvil, que no puedas ver a tu familia...». Y cuando ya se sentían en casa, ajenos a que el mundo afuera estuviera también encerrado, les dijeron que debían marchar. «Pensé: ¿dónde están las flores y los bombones?».

Y no, no era una broma. Pero pudieron volver. Y él, trabajador incansable, pudo continuar mostrando su valía. Como cuando se atrevió con La leyenda del tiempo, de Camarón de la Isla, y Manu Guix, director musical de OT, le dijo que ya era más que un ídolo de jovencitas. «Me dijo viejo. Pero es que en ese concurso había que ser versátil. Te tienes que tirar a la piscina», asegura el joven, que llegó a la final. También demostró sus dotes de actor, sobre todo con su poliédrica interpretación de Genius, y otro profesor, Ivan Labanda, le animó a formarse.

El joven recuerda a sus fans la importancia de llevar mascarilla para que acabe la pandemia. / ÁLVARO MONGE

Él dice estar abierto a todo, y una se lo imagina en Tu cara me suena o dando vida al joven protagonista de una miniserie de Playz. Aunque, sin quererlo, en la Academia ya protagonizó su propia película (podría titularse SolOTe en casa), un episodio que aún recuerda con desasosiego: “Es que me dejaron tres horas completamente solo. Pensaba: o me están haciendo una broma o le ha pasado algo a mis compañeros. Estaba allí como un perrito abandonado. No hacía un papel, estaba preocupado en toda regla”.

Los diferentes Hugos

Y es que si algo le caracteriza es su naturalidad. «Cuanto más natural seas, más transmitirás», sostiene. Pero hay muchos Hugos, y el vídeoclip de Intenta olvidarme los muestra: «El seductor» (¿el que cantaba Señorita con Anaju?), «el divertido, el juguetón» (¿el que siempre soltaba eso de «¡Illo, qué guapo!»?); «el chulito» (¿el intérprete de música urbana?) y «el romántico, que te mira con una sonrisita, te dice cosas bonitas y está enamorado» (¿el que mejor conoce la triunfita Eva B?).

"Esto del covid no durará siempre y haré bolos. Necesito la buena 'vibra' de la gente'

Con esas dos compañeras se le relacionó y relaciona, aunque, oficialmente, la mujer de su vida es Ana, su madre, a la que ha dedicado la canción Heroína. «Está muy orgullosa. Cuando la escucha, llora. Ahora tiene el síndrome del nido vacío y me dice: ‘Duermo en tu cama’, ‘No puedo ni mirar tu cuarto’. Y cuando voy unos días, lo tiene todo preparado para mí», dice complacido. La mujer, que lo apoya a muerte, se ha ganado el cariño de sus fans: «Está superpuesta en las redes. Y se hizo unas camisetas con mi cara e iba a trabajar andando kilómetros para que se vieran», cuenta.

Este 2020 nefasto que para muchos pasará en blanco, a él se le ha llenado de grandes experiencias. «Esto del covid no durará siempre, pero hay que ser responsables y ponerse la mascarilla», recomienda, consciente de que ya es un referente. Por lo que se ve pronto haciendo bolos, cantando en directo... «Necesito la buena vibra de la gente», confiesa. ¿Y cómo se ve en 10 años? “¡Con 30, madre mía! Pues trabajando mucho para tener buena vida, sacar a mi madre adelante, que la gente se sienta identificada con lo que hago… Es que no quiero más ná», asegura. Y se entusiasma al pensar que con una década más de vivencias, tendrá mucho más que contar: «¡Si ya no quepo en mí... Es que voy a explotar».