El 26 de abril de 1986 la ciudad ucraniana de Chernóbil sufrió el accidente nuclear más grave de la historia. La cantidad de radioactividad liberada fue 500 veces mayor que en Hiroshima, lo que provocó la alarma internacional. Pero aún hay muchas imágenes y testimonios que siguen ocultos. Es precisamente esto lo que ha llevado a Iker Jiménez a elaborar La noche del fin del mundo (Cuatro, 23.15 horas). "No es una historia de fantasmas --dice Jiménez--, sino un reportaje donde se va a contar el terrible suceso de manera inédita".

Para lograrlo, se documentó obteniendo imágenes inéditas de los momentos posteriores al accidente y de los hombres que sacrificaron sus vidas por informar. "Después de verlo, surgirán muchas preguntas sobre qué está pasando ahora en el mundo".