Después de que el Consejo Yesha, que agrupa a los colonos de Gaza y Cisjordania, amenazara con "llevar a multitudes a Gush Katif" en protesta por la orden de cerrar las colonias de la franja de Gaza, el Ejército israelí cedió a la presión y anunció ayer la reapertura, con restricciones, de los asentamientos para los ciudadanos israelís que no residan en ellos.

El Gobierno israelí decretó el cierre de las colonias después de varios días de enfrentamientos entre colonos radicales --"delincuentes", según las autoridades israelís-- y soldados, que han elevado la tensión en Israel a falta de un mes y medio para la evacuación de los asentamientos. La decisión de prohibir la entrada de los israelís no residentes llegó varias semanas antes de lo previsto por el Ejército, que planeaba tomar esta decisión en una fecha más cercana al 15 de agosto para evitar un gran despliegue de tropas y que en el resto del país aumentara la ansiedad ante la trascendental evacuación.

CON RESTRICCIONES De ahí la reapertura de las colonias, aunque con restricciones: estará prohibido introducir en los asentamientos material de construcción, electrodomésticos o cualquier bien que pueda ser utilizado para facilitar un atrincheramiento. El Ejército también prevé prohibir la entrada de militantes de extrema derecha.

Mientras, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) se prepara para el día siguiente. Mohamed Dahlán, ministro de Asuntos Civiles, dijo al diario saudí Al Watan que el Gobierno de Abú Mazen planea construir en los asentamientos viviendas para 250.000 palestinos. En la zona viven ahora unos 8.000 colonos.