Como que solo de vitaminas no se puede vivir, y encerrado cada noche en un plató de televisión menos, Jordi González salió el otro día a estirar las piernas. A su paseo le ha puesto nombre (Rec ), y Telecinco le ha colocado una cámara oculta y emite su caminata la madrugada de los sábados para que disfrutemos con lo que Jordi encuentra en su paseo. En su primera entrega sus pasos le llevaron al Bagdad, acreditado salón de Barcelona, lleno de maravillosos guerreros del sexo. Pareció disfrutar mucho Jordi González con el show de penes y vaginas que vio en el tiempo que permaneció allí. No se le notó cansancio ni aburrimiento por asistir al mismo espectáculo que ya viene ofreciendo casi cada noche en su otro programa, del canal City TV, titulado Vitamina N . O sea que nuestro hombre pone voluntad e ilusión hasta en las repeticiones, cosa admirable que es muy de agradecer. Pero donde nos gustó más Jordi fue en otro paseo que realizó, esta vez por Madrid, en compañía de un camello, un transportista, un vendedor de éxtasis, de coca, y de lo que se tercie. Aquí hemos visto un Jordi diferente. Un Jordi que, imitando a los clásicos de la novela negra, se ha metido en los pozos más canallas de la city madrileña viajando de copiloto de un pájaro de cuenta al que no le importa que su droga acabe envenenando a niños y a adolescentes. Este cinem verité le ha salido bien. Aunque algunas escenas pudieran ser un montaje, una representación, una dramatización, la historia ha sido buena. En casa, la familia la historia nos la hemos creído totalmente. Interesante este nuevo paseo de Jordi: dando zancadas, ha saltado del container rosa al género negro.

El microondas --. Desengrasemos colocando un mejillón pescado en el último Noche de fiesta (TVE-1). Llama José Abel, madrileño, y el productor y director José Luis Moreno le pregunta: "Dime ¿qué quieres?". Respuesta: "Un horno para la cocina, que no tengo". Y va el cruel ventrílocuo y le regala un microondas.