--¿Qué le llevó a dirigir El castigo?

--Desde que leí la noticia, me di cuenta de que allí había una historia. La existencia de la granja, el duro trato que recibían los muchachos internados allí, que los padres estuvieran al corriente y que hubiera un acuerdo tácito entre todos me impresionó. Era todo bastante bestia.

--¿Tiene esta miniserie relación con su trabajo en el cine, como Ausentes o Guerreros?

--Desde luego. De hecho, en un principio pensé hacer una película con la historia, pero ante las dificultades acabó por derivar a tele. El argumento tiene elementos de misterio y de suspense buenísimos, y encierra muchas preguntas que deberíamos hacernos sobre la sociedad.

--¿Ha encontrado muchas diferencias entre hacer cine o tele?

--El lenguaje es basicamente el mismo, aunque quizás se diferencien en que en una película se trabaja mucho más con la idea de sugerir, mientras que en televisión hay que utilizar un lenguaje más sencillo y más claro, que atrape y entretenga.

--¿Por qué hay tantos directores de cine que hacen series últimamente?

--Tal vez porque el cine español no despega, y da qué pensar que la gente vaya al cine, pero no vea películas españolas. Pero en cualquier caso creo que las series están adelantando al cine en calidad. No hay más que fijarse en Estados Unidos, donde series como Los Soprano , A dos metros bajo tierra y Perdidos son mejores que las películas que se hacen en Hollywood; abrumadoramente mejores.

--¿Le tienta seguir en el medio?

--Me tienta, pero es como todo: depende de la idea que fuera, yo estaría encantado de trabajar en televisión. De momento no tengo esa idea.