--¿Se pueden presentar dos programas a la vez y no volverse loco?

--Se puede, pero cuesta trabajo. Saber estar en cada momento en su sitio es complicado, porque se trata de programas muy distintos, pero es lo bueno que tiene el ser actor, que te permite hacer distintos personajes.

--¿Y en qué se diferencia usted en Identity y en Hijos de Babel?

--El Identity soy más showman , siempre arriba de energía. Al fin y al cabo, son concursantes que vienen por dinero. En muchos casos es para solucionar problemas personales, pero también para correrse una fiesta; por eso, aunque hay complicidad con los concursantes, también soy algo pillo e intento hacerles sufrir un poco. En Hijos de Babel es muy distinto. Son personas que han tenido que venir de sus países por distintos motivos, y que aunque tengan profesiones como ginecólogo u oftalmólogo, deben ganarse la vida trabajando en otras cosas. En el programa luchan por un sueño, no por pasta, y hay que ser mas solidario y serio con ellos, que no quiere decir que no sea divertido.

--El estreno de Hijos de Babel no tuvo una gran audiencia. ¿Cual pudo ser la causa?

--Encontrar un día bueno en la tele ya es casi imposible, porque hay una gran competencia, y eso nos obliga a todos a trabajar mejor. El estreno no fue lo suficientemente bien porque es un programa de largo recorrido y la gente se tiene que ir identificando con los concursantes. Pero este tipo de programas son necesarios y es indispensable que se hagan. España es, tras EEUU, el país que más emigrantes recibe, y estamos obligados a entendernos. Yo no tengo hijos, pero mis sobrinos van a la guardería con niños de todos los orígenes, y para ellos es totalmente normal, porque conviven desde pequeños. Es el futuro. No nos llamará la atención que nadie tenga un determinado color de piel o una religión distinta, porque vamos a valorar a las personas. Y esta bien que se haga con música, un lenguaje universal. El espacio debe estar al margen de la guerra de audiencia, porque la tele no es solo ganar dinero.

--¿Este tipo de shows sirven para promover la integración de los inmigrantes?

--Deberían servir, son necesarios. Cualquier profesional al que escuchen más de 10 personas tiene la obligación moral de mantener una cierta ética y hacer espacios que favorezcan la sociedad y la cultura. Ya está bien de espacios que no aportan nada y sólo sirven para dar una imagen negativa del mundo y la vida.

--¿Cuál de los dos concursos le resulta más complicado?

--Hay una gran diferencia. Identity está grabado y si metes la gamba te lo pueden arreglar. Pero Hijos de Babel son tres horas y media en directo, y nunca sabes cómo van a reaccionar los concursantes. Es una gran responsabilidad profesional responder a la confianza que han puesto en uno la cadena y las productoras.

--Y en cuanto a Identity, ¿qué condiciones deben reunir los concursantes para poder ganar dinero?

--Suerte y capacidad para fijarse en las pistas que se dan en el programa. Pero para ganar, lo esencial es olvidarte que estás jugando por dinero, dejarte llevar. Los que de verdad han ganado son los que se han atrevido a hacer más cosas y se lo han pasado mejor. Hay que quitarles importancia a las cosas de las que nos llegamos a preocupar mucho en la vida.