Dicen que cuando una puerta se cierra, otra se abre. Y eso fue lo que hizo la gimnasta Almudena Cid (Vitoria, 1980) cuando, tras 21 años compitiendo al más alto nivel, comenzó a prepararse para ser actriz. Tras participar en varias ficciones televisivas, hacer teatro y alguna película, ahora da un nuevo paso con su primer papel en una serie diaria, El secreto de Puente Viejo, en la que la podremos ver desde este septiembre, mes en el que posiblemente también se estrene en TVE-1 la nueva temporada de Masterchef celebrity.

-¿Cómo es la Manuela de ‘El secreto de Puente Viejo’?

-Mi Manuela es una mujer honrada a la que contrata Iñigo, el patriarca de los Solozábal, como ama de llaves y para cuidar de la familia. Soy como un muro de contención que intenta aplacar la adolescencia de las hijas.

-Dice que el personaje le recuerda a la señorita Rottenmeier.

-Pero en buena. Manuela tiene que poner en vereda a las niñas, pero vela por su felicidad.

-¿Es su personaje con más continuidad?

-Sí. Las series diarias te permiten crecer, explorar y experimentar esa situación del día a día, de tener que sacar las secuencias sí o sí. Aquí, a pesar de las tres semanas que hemos tenido de ensayos, llega un momento que aunque tú hayas querido avanzar, te va a pillar el toro. Trabajar así es toda una escuela.

-¿Estará solo una temporada?

-Sí. En principio estaré la temporada completa. Vamos a ver cómo se desarrollan las tramas, porque los guionistas tampoco te dicen mucho. Nos van ofreciendo unos cuantos capítulos y trabajamos sobre eso sin saber lo que va a pasar más adelante.

-La serie es un éxito en Italia, donde usted vive parte del año y donde ha dicho que le gustaría trabajar como actriz.

-Una de las cosas que más me ilusionó de entrar, aparte del hecho de estar en una serie diaria que encima tiene éxito, es que sabía que es muy seguida en Italia, donde también tengo muchos amigos por el mundo de la rítmica. Me hace mucha ilusión que me vean.

-¿Se imagina que hubiera competido en el mismo horario de emisión de Pasapalabra, el concurso que presenta su marido, Christian Gálvez?

-¡Menos mal que no! Aunque si se da, así es la tele... Me alegra saber que voy un poquito antes que él.

-Presentadora, actriz, jurado, comentarista de gimnasia, escritora… A su marido [Christian Gálvez] le apasione el Renacimiento y Leonardo Da Vinci, pero usted sí que parece un mujer renacentista.

-Tenía tanta inquietud por ver qué podía hacer después de la gimnasia y dónde podía reciclar todo lo que he ido aprendiendo en el mundo del deporte, lo bueno y lo malo, que he ido encontrando lugares como, por ejemplo, la escritura de los libros infantiles de Olympia. No me esperaba que fuera a tener la acogida que ha tenido. Una va haciendo lo que siente y necesita hacer, y luego eso se puede convertir en tu profesión, en una vía de escape, en una forma de hacer una catarsis… Pero en ningún caso ni la escritura ni la interpretación tenían una connotación de querer demostrar nada, sino de querer encontrarme a mí misma. En lo que me ha pasado después del deporte no ha habido nunca nada premeditado, simplemente la búsqueda de encontrar algo que me apasionaba.

-La veremos también pronto en el concurso gastronómico ‘Masterchef celebrity’. ¿Dominaba la cocina?

-No tenía ni idea, no pasaba de las lentejas y llamaba a mi madre para saber la receta.

-¿Cómo se preparó para el concurso?

-Paco Roncero hizo el banquete de mi boda y le llamé para que me dejar ir a sus cocinas para ver cómo trabajaban. Sin él y su equipo, no sé por dónde hubiera cogido el mango de la sartén.

-En el concurso ‘Pasapalabra’ le agradeció a su marido precisamente haber sido inspirador para usted cuando dejó la gimnasia.

-Todavía siento el juicio de ciertas personas por el hecho de haber sido deportista de elite y ahora ser actriz, pero él no me juzgó sobre a qué quería dedicarme después y me ayudó a reinventarme.