Paula Vázquez (Ferrol, A Coruña, 1974) afronta la cuarta temporada de Fama, ¡a bailar! como si fuera la primera. A pesar de reconocer que le gustaría hacer más cosas y que un espacio diario supone desgaste, se confiesa enamorada desde el primer día de un formato que cambia su nombre por el de Fama revolution para no morir de éxito.

--¿No se cansa de hacer siempre lo mismo, tras tres años presentando Fama, ¡a bailar!?

--¡Cómo me puedo cansar, si soy la única que no sudo! Fama es un programa muy dinámico que casi nos marca el ritmo a nosotros, en vez de al revés. Es un formato que está vivo, y eso hace que lo hagas con ilusión. No hay rutina, porque todos los días hay algo diferente que contar y hacer. Y luego es muy chulo, después de tres años, saber cómo llegan los chavales, con esas ganas de aprender y sin terminar de creerse dónde están.

--Y cómo acaban, ¿no cree?

--Es increíble ver la seguridad con la que se manejan al final sobre un escenario. E incluso cómo hablan con los propios compañeros. Comprobar esa evolución día a día es apasionante. Estoy enamorada del formato de Fama desde hace tres años.

--¿Pero no reconoce que es mucho tiempo con lo mismo?

--Bueno, la verdad es que un programa diario desgasta, pero yo en mi carrera siempre he hecho programas en directo y diarios, desde el Euromillón a La selva de los famosos . Estoy bastante acostumbrada a la rutina.

--¿Cómo va a ser este nuevo Fama revolution?

--Va a haber tantos cambios que hasta nosotros tenemos que ir masticándolos despacio. Lo explicaremos poco a poco porque, si no, el público no lo va a entender. El espíritu de Fama ha sido siempre evolucionar y cambiar. Este año, además, le modificamos el nombre, porque le hemos dado la vuelta a la tortilla completamente.

--¿Seguirá siendo un concurso abierto y plural, como hasta ahora?

--Claro que sí. Nosotros hemos tenido un sordo y un gitano. Creo que somos el programa- concurso que más nacionalidades ha reunido. Siempre hemos dicho que la danza une culturas, y vamos a seguir haciéndolo.

--¿No tiene ganas de hacer otras cosas?

--Sí. Ahora he estado a punto de irme a Brasil con un nuevo programa de Cuatro en el que se me anunció como presentadora. Pero al final no he podido hacerlo, porque se fue aplazando y ya no me daba tiempo a llegar a Fama en septiembre. Se llamaba Billete de ida , y está basado en Italian dream . Lo bueno de esto es que he comprobado que la cadena me deja libertad para poder desarrollarme en otros formatos.

--¿Sabe que Cuatro se ha inspirado en aquella isla de los famosos que presentaba para hacer La isla de los nominados?

--Claro que lo sé. ¡Pero si voy a hacer un cameo para ellos! Saldré presentando el concurso.

--¿Con biquini y todo?

--Bueno, por aquello del biquini me preguntaron hace poco si no me parecía machista tener que llevarlo. Si me lo hubieran exigido por contrato, probablemente me hubiera parecido muy machista, pero no fue ese el caso. En realidad, lo que pasó es que se perdieron mis maletas, y aparecieron vacías. Entonces empecé a tirar de la ropa de mis compañeras de trabajo, hasta que se agotó. Como no podía comprarme piezas nuevas, comencé a utilizar biquinis sin ningún tipo de problema, porque el resto del equipo estaba también en traje de baño. Luego saqué una línea de bañadores, y creo que lo he amortizado.

--O sea que de machismo, nada.

--Yo es que creo que la libertad de la mujer pasa por poder hacer ese tipo de cosas también. El primer paso es dejar de pensar en el qué dirán. Pienso que las mujeres nos encontramos en un momento en que hay que dejar de quejarse y empezar a hacer nuestra vida.

--¿Y qué le parece que se parodie un reality show como el que usted presentó?

--Creo que iba haciendo falta que nos riéramos un poquito más de nosotros. Llevamos un tiempo, con esto de la dichosa crisis, que incluso los medios de comunicación y las televisiones parece que lo que transmiten es pesimismo constantemente. Quizá con lo del Mundial haya cambiado todo esto.

--¿Ha podido ver ya La isla de los nominados?

--Todavía no. Pero he visto a los actores que han elegido y me parece un casting brillante. El director, Luis Guridi (Camera café ), me parece un talentazo. Estuve viendo los decorados y tienen 3.000 metros cuadrados de vegetación. Nunca había visto nada igual. Ni siquiera en el concurso Un, dos, tres... ¡Y mira que vi allí escenarios!