Luis Guridi (Madrid, 1958), el genial creador de Camera café , ha fagocitado los reality y los ha convertido en un juguete sobre el que volcar todas sus travesuras. El resultado es La isla de los nominados , comedia esperpéntica que acaba de estrenar Cuatro con la pretensión de arañar espectadores en verano.

--¿Cómo se le ocurrió hacer una comedia centrada en un reality como Supervivientes?

--Pensé en la posibilidad de que un grupo humano tuviese que regenerar la especie. Y, como me gusta reírme de las flaquezas humanas, pensé en un grupo de impresentables como este, que es uno de los peores imaginables. Son todos bastante miserables y malas personas. Pero no se trata de parodiar ni los reality ni Supervivientes : es solamente un punto de partida para hablar de los defectos del ser humano, como hago siempre.

--¿Usted suele ver estos programas de telerrealidad?

--No los sigo, no los he visto casi nada. Pero quieras o no, la cultura del reality nos ha inundado y nos ha regalado un nuevo lenguaje y unas nuevas formas de ver las cosas. Ahora te dicen que estás nominado y no es positivo, como era hace unos años. Todo lo contrario. La gente es igual de cabrona que siempre, pero ahora hay muchos que dicen: "No, no. Si yo no soy así: es que es mi estrategia". Son fórmulas que se utilizan ya en la vida real.

--¿Y no es triste que se trasladen a la vida cotidiana?

--Todo eso se lo debemos a los reality . Han hecho de lo peor de nuestro mundo algo como un juego. Es verdad que eso esta ahí, y que la convivencia y los roces hacen salir lo peor de cada uno. Pero hacer de eso un espectáculo duele un poco. Por lo menos a mí, como espectador.

--¿Hasta qué punto se ha inspirado en esos programas?

--Yo no los parodio porque, entre otras cosas, desconozco sus reglas. Pero a la hora de elegir los personajes, sí es verdad que tienes referencias por lo que te cuentan de espacios como Gran hermano . Son cosas que te llegan y que te chirrían. Por ejemplo, si tengo a uno de mis personajes en silla de ruedas es porque oí que metían a un minusválido en Gran hermano . Es el peor de ellos, porque usa su minusvalía para hacerse valer, dar pena y que la gente le vote. Lo que hacemos es utilizar figuras como esta para hacer chistes y construir guiones normales.

--¿No se molestarán con usted sus amigos de Tele 5 por reírse de algunos de sus espacios?

--No creo. Al revés: me contaron que había rumores en los confidenciales de que nos querían llevar a Tele 5. Pero no hubo ninguna propuesta formal. Le dije a la gente de Tele 5 que no era una parodia y que no tenía nada que ver con sus programas. Les conozco muy bien y no se enfadan por nada: mientras no les dediques ataques personales, ellos encantados.

--¿No cree que esto de los reality puede ser un buen filón para los humoristas?

--La verdad es que he buscado antecedentes de este tipo de comedia y no hay muchas referencias. Pero sí, es un filón muy bueno porque se ha impregnado totalmente en nuestra cultura.

--¿Creen que los fans de Camera café pueden reconocer su programa favorito en esta nueva aventura?

--Sí, porque el tono es el mismo de Camera : el mío. Es el humor que sé hacer. Si te gustó lo anterior, seguro que te gustará esto. Es el mismo tono, pero con otro escenario y otros personajes.

--Arturo Valls nos dijo hace poco que Tele 5 maltrató Camera café con tanto cambio de horario y se la había cargado...

--Es un poco duro o un poco egoísta ver un solo lado. Hay que ver también que, gracias a cómo se emitió y programó al principio en Tele 5, el éxito nos sonrió. Ese éxito no es solo nuestro, sino también de los programadores.

--Pero estará ahora más tranquilo en una cadena paciente, como Cuatro...

--Los nervios dependen mucho de la cuota de pantalla. Si tú estás en la posición de líder y empieza a comerte el terreno Antena 3 o TVE-1, aparecen unos nervios tremendos.

--Ese problema no lo tiene Cuatro...

--En las cadenas que van a la cola la situación es más tranquila: no tienes tanta presión de tus jefes. Además, estoy encantado de que La isla de los nominados se emita en verano, porque los ejecutivos descansan. Hasta para cerrar un programa tienes que dejar de veranear, por lo que con- fío en que no tengan tiempecito ríe. Fuera de bromas, lo nuestro es el boca a boca. No tenemos grandes reclamos y necesitamos tiempo: la exposición larga nos favorece. Eso es lo que pasó con Camera café , que se convirtió en una carrera de fondo.