-¿Son suficientes 59 segundos para expresar una idea?

-Si tienes claro lo que quieres decir, incluso te sobran unos cuantos. En 59 segundos puedes decir muchísimas cosas. Hay que tener arte y mano derecha para saber qué quieres decir y cómo hacerlo.

-¿Qué diferencias encuentra entre presentar el programa en Catalunya y hacerlo para toda España?

-Los dos tienen la misma esencia, la misma base. En Catalunya puedes jugar, igual que en la versión canaria, con temas un poco más cercanos. Pero la política nacional es la que tiene prioridad. En ambas ediciones, este año nos tocará hablar del Estatut, del Constitucional...

-¿Le da más respeto?

-Miedo no tengo. Respeto, mucho. Tanto en Barcelona como en Madrid. Sería muy poco honesto decir que me impone más el programa estatal que el catalán. Todo el público necesita que esté en tensión para conducir la tertulia. Hay que moderar, mantener el respeto y el orden para que se oigan todas las palabras.

-La política, ¿interesa realmente?

-Debería de interesarnos a todos. No puede ser que la política, que mueve nuestras vidas, no nos interese, porque nos afecta. Como periodistas hay que hacer interesante lo importante. Y hay formas de hacerlo. El lenguaje y la forma de contar pueden hacer que la gente se interese. Cuando hablas el mismo lenguaje, explicas lo que afecta, cuando no te quedas en el titular y das claves de pensamiento puedes hacer un tema interesante, aunque sea arduo. Eso es lo que voy a tratar de hacer.

-A la hora en que se emite el programa, ¿la gente está para política?

-No creo que sea tan tarde. Tiene que haber sitio para todo. Una tertulia política no es entretenimiento. El formato es ágil porque se puede jugar con los micros. La gente asidua a la tertulia política es un público fiel. Además, para hacerla más atractiva, este año ampliamos el abanico de analistas y, además de periodistas, habrá políticos y escritores.

-¿Qué perfil de invitado se busca? No todo el mundo puede resumir sus ideas en tan poco tiempo...

-Buscamos, ante todo, variedad. Queremos ideologías diferentes, con maneras de ver las cosas distintas. Buscamos gente con cosas que decir y que hagan pensar.

-¿Qué otros temas no tan estrictamente políticos le gustaría introducir en el debate?

-Este va a ser el año de la gripe A, la educación y la crisis económica.

-Presenta también el Telediario

-No. Me divierte, porque me supone un gran esfuerzo. Es una suerte tocar los dos registros y estar cómoda. Dentro de la rigidez y aunque parezca estático, el Telediario es tan nuevo cada día… 59 segundos me permite poner más parte de mí. Quizá sale más la María normal, un poquito más lejos del guión. No sabría que decir ante aquello de: “¿quieres más a papá o a mamá?”. Me quedo con los dos.

-Ahora que los dos programas en los que trabaja se hacen en Madrid, ¿añorará hablar en catalán?

-Dicen mis compañeros que se me escapará lo de “59 segons” (risas). Claro que lo echaré de menos. Pero a través de internet me voy a quitar el gusanillo y seguiré viéndoles. Además, por suerte, en Madrid hay muchos catalanes y podré comentar la jugada. No quiero pensar demasiado. Me daría morriña a la catalana.