Una noche de hace 50 años Massiel hizo historia con la primera victoria española en Eurovisión al imponerse al gran favorito, con un tema que le cayó de rebote tras la súbita renuncia de Joan Manuel Serrat y un vestido exiguo que parecía querer sacudirse la sombra de la Dictadura.

Fue el 6 de abril de 1968, en el emblemático Royal Albert Hall de Londres, en una noche en la que la joven madrileña, que entonces contaba 20 años, venció en su terreno y por un punto al Congratulations del británico Cliff Richards. Lo hizo con La, la, la, creada por el Dúo Dinámico.

El primer elegido para interpretar el tema fue Serrat, quien renunció a su participación en el festival al no permitirle el régimen franquista cantarla en catalán. «No era mi lugar. Pensaba que políticamente para el Gobierno era de una gran rentabilidad que lo autorizara, para dar una imagen de tolerancia que en aquel momento no existía. Pero la renuncia no fue lo difícil. Lo difícil fueron los días posteriores para mi familia y para mí», recordó Serrat en una charla con Efe.

En el libro que acompañaba su Antología desordenada (2014) rememoraba cómo un directivo de RTVE le espetó: «¿Pero tú quieres ser un cantante internacional o un cantante provinciano?». Serrat empezó a cantar en castellano a partir de ese año, pero él no podría actuar de nuevo en TVE hasta 1981, ya en democracia.

Manuel de la Calva y Ramón Arcusa, autores del tema, se enteraron de la polémica por televisión, «cuando por lógica deberíamos haberlo sabido antes porque teníamos una buena relación», dijeron a Efe los integrantes del Dúo Dinámico, que cerraron aquel entuerto en el 2011 al publicar un recopilatorio con la versión de La, la, la en catalán y junto al creador de Mediterráneo.

«Esto fue un accidente en su vida y sobre todo en la mía», declararía en el 2003 y en un programa de TVE la propia Massiel, la elegida para sustituirle, que no daba crédito cuando era recibida por una nube de periodistas a pie de pista en el aeropuerto de Barajas, tras seis meses de estancia en México «cantando rancheras».

Tuviera relación o no, ella había empatado a puntos con Serrat en una encuesta en la revista musical Mundo joven en la que preguntaban a los lectores por su artista predilecto para acudir a Eurovisión. «Tendré que aprendérmela a marchas forzadas porque ni siquiera la conozco», reconocía al pisar Madrid.

«Yo era muy moderna y muy progre, cantaba Piazzola y Aute. Lo primero que se me ocurrió fue cambiarme el look, porque venía de vestir de negro largo», comentaría después, sobre el momento en que decidió costearse el célebre y cortísimo modelo de Courrèges que lució en Londres.

Su no menos famoso baile fue una idea del modisto y cantante Jorge Gonzálvez, ya fallecido, al igual que el maestro Rafael Ibarbia, que dirigió la orquesta. Y así salió a actuar Massiel acompañada del trío coral La La Lá.

«Se sentía la presión del festival, pero parecía hecho para que le dieran la medalla del mérito a Cliff Richards, por eso fue una sorpresa», rememoró Massiel, quien ganó por un punto que le concedió Alemania, mientras Yugoslavia, el último país en votar, dejó todo como estaba.

El régimen lo rentabilizó propagandísticamente y, aunque Massiel puso color al blanco y negro a aquella España del franquismo, nunca pudo desprenderse de la sombra de la sospecha que arreció sobre su victoria, especialmente en los últimos años.

En el 2008 la polémica se acrecentó por un documental de LaSexta en el que repasaban los acontecimientos de 1968. El cronista musical José María Íñigo afirmó en él: «A España le interesaba mucho ganar el Festival de Eurovisión por tener un cierto renombre en algo. Ya en años anteriores se habían hecho muchas maniobras para tratar de hacerse con los votos de muchos países».

«Todo el mundo sabe, y se ha publicado, que directivos de TVE y de discográficas se paseaban por Europa ofreciendo por las compañías de discos el editar discos de cantantes búlgaros, checos o vete a saber, y TVE comprando series que nunca se iban a poner y nunca se pusieron, con tal de que nos dieran los votos para tratar de ganar», continuó Íñigo. El periodista se desdijo posteriormente de estas declaraciones y, a preguntas de Efe esta misma semana, se limitó a responder: «No voy a hablar nada de Eurovisión».

Él mismo, con ocasión de la fallida participación de Rosa en el 2002, preguntó a Massiel en El Show de Flo por esta cuestión. La cantante desvió el tema hacia la última edición, en la que participó Rosa y en la que se repitieron esos rumores con la ganadora.

Conviene rescatar en este punto unas controvertidas y viejas declaraciones a Efe de Gabriel García Mármol, sobrino, representante durante media vida de Manolo Escobar y, tras su muerte, biógrafo oficial. Según él, cuando Serrat rehusó cantar La, la, la, la primera opción de TVE para sustituirle fue Manolo Escobar, quien rechazó la propuesta.

«Las posibilidades de ganar son muy amplias», parece que le dijo Artur Kaps, algo así como el jefe de programas de TVE de entonces, a lo que Escobar, «en pleno éxito en aquella época», le preguntó qué quería decir. «Que vas a quedar entre los tres primeros seguro», respondió.

Sea como fuere, la de Massiel fue una victoria histórica, por cuanto solo ella y Salomé un año después lograron un triunfo para España en 57 participaciones en Eurovisión. ¿Cuánto habrá que esperar para la siguiente?