El 27 de junio de 1994, un triple asesinato cometido en Miami no solo iba a convertirse en el comienzo de una pesadilla para las familias de las víctimas, sino también para Pablo Ibar, el hispanoestadounidense que fue acusado del crimen. Movistar+ recopila hoy la historia de este hijo de vasco y cubana que lleva 25 años entre rejas en la miniserie En el corredor de la muerte, protagonizada por Miguel Ángel Silvestre (Castellón, 1982).

Basada en un libro del periodista gallego Nacho Carretero, el también autor de Fariña, y dirigida por el barcelonés Carlos Marqués-Marcet (10.000 km), esta producción de Bambú (Velvet, Las chicas del cable, Alcàsser) reconstruye a lo largo de cuatro capítulos los acontecimientos que llevaron a Ibar a ser encarcelado, a pesar de que él siempre ha defendido su inocencia y muchas de las pruebas jugaban en un primer momento a su favor. «Ni el ADN del asesino, ni el sudor de su camiseta, ni las más de cien huellas dactilares encontradas en la escena del crimen» coincidían con las del acusado, resalta el propio Carretero, que se embarcó en la investigación del caso en el año 2012. El actor llega a este proyecto tras sus experiencias en series como Sense8 o Narcos, y no duda en reconocer que «hay algo de la locura española» que le hace sentir muy bien, lejos de «la obsesión por el trabajo» de los estadounidenses.

JUICIOS SOSPECHOSOS / La serie hace especial hincapié en todas las irregularidades de los juicios a los que se ha enfrentado Ibar --sobrino del desaparecido campeón de boxeo José Manuel Ibar, Urtain-, que ha pasado 16 años en el corredor de la muerte y que el pasado mes de mayo fue condenado a cadena perpetua por el triple asesinato. «Para mí era muy importante creer firmemente en la inocencia de Pablo para contar esta historia», reconoce Silvestre sobre un personaje que no considera el más difícil de su carrera, pero sí «el más comprometido», teniendo en cuenta que habla de «una persona real que está viva y está sufriendo».

«Estoy en contra de la pena de muerte y a favor de la inocencia de Pablo Ibar», recalca el actor, que ha trabajado a conciencia el acento cubano de su personaje, que también tiene buena parte de la trama en inglés.

De hecho, esa fue su forma de hablar en su día a día durante todo el proceso de rodaje, que se desarrolló entre Madrid y Panamá (donde se recrearon las calles de Miami).

Las escenas de Ibar entre rejas consiguen transmitir la presión que significa vivir durante años encerrado en la celda de un condenado a muerte, aunque la historia no está narrada solamente a través de los ojos del preso, sino también desde el punto de vista de otros de los protagonistas de la trama, como su padre, Cándido (interpretado por Ramón Agirre); su madre, Cristina (Laura de la Uz); su hermano, Michael (Pau Poch); sus abogados (Ben Temple y Nick Devlin); el fiscal (Eric Goode), y su novia y posteriormente esposa, Tanya (Marisé Álvárez). La relación con Tanya, que siempre se ha mantenido a su lado, es uno de los puntos álgidos de la historia, con algunas escenas de lo más emotivo entre la pareja, como cuando se casan en la cárcel a través de una cámara y tienen que esperar una semana para poder tocarse.

«Esta chica le ha dedicado su vida a Pablo con tanto compromiso que tiene que ser inocente, si no no hubiera tomado una decisión tan valiente», reflexiona la actriz que la interpreta, de origen puertorriqueño. Esta es una opinión que comparte el resto del equipo, como destaca su productor, Ramón Campos, que considera que era muy importante «dar visibilidad a este caso para que no quede en el olvido». Movistar+ completa el estreno de la serie con un podcast sobre el caso de Pablo Ibar, que estará disponible desde hoy en podiumpodcast.com y enelcorredordelamuerte.movistarplus.es.