"Alas en mi espalda / tengo cuernos en mi cabeza / mis colmillos, afilados / y mis ojos son rojos / no soy solo un ángel / o aquel que siente / ahora elige unirte a nosotros o ve directo al infierno..." Con esta letra y una monstruosa puesta en escena, el quinteto finés Lordi arrasó el pasado sábado en el Festival de Eurovisión, un certamen que premió el espectáculo, por encima de polémicas y gustos.

Pero la victoria de Finlandia --la primera en Eurovisión de este país-- no es una sorpresa. Lordi es un cotizado grupo de heavy metal , aunque ha editado solo dos discos, el primero en el 2002 (cinco años después de formarse). Sus cinco componentes, de la minoría lapona del norte del país, salen al escenario disfrazados en un híbrido entre los zombis del clip Thriller, de Michael Jackson, y los primates de El planeta de los simios .

IDENTIDAD DESCONOCIDA

Para vestirse, ponerse las máscaras y maquillarse necesitan tres horas. Nunca ha trascendido la identidad de los músicos, a quienes se conoce por los nombres artísticos: Lord, Amen, Kita, Ox y Awa, la mujer del grupo. La puesta en escena de su canción, Hard rock hallelujah , fue lo más espectacular que se ha visto en los 51 años de Eurovisión. A la impactante imagen del quinteto y la voz ronca y agresiva del Lord se sumaron los fuegos artificiales durante la actuación y el efecto que causó ver desplegarse de la espalda del Lord unas inmensas alas de murciélago.

El público del Pabellón Olímpico de Atenas enloqueció. Y la audiencia también: arrasaron en la semifinal del jueves y arrollaron en la final. Esta victoria acalla las voces de sus detractores en Finlandia. Un jerarca de la iglesia local les acusó de proyectar una imagen lamentable del país y de ser un mal ejemplo para la juventud. Pero Lordi ha generado una ola de simpatía insospechada entre los jóvenes: "Nos adoran, porque les recordamos a sus juguetes". En Atenas, Lordi no se cansó de fotografiarse con niños y adultos, derrochando una afabilidad que nada tiene que ver con su terrorífico estilo. No solo los ultraconservadores fineses reniegan de Lordi. Los eurofans ortodoxos opinan que el festival ya no es un concurso de canciones, sino una competición de espectáculos, a cual más estrambótico. Pero lo cierto es que el festival perdió la mediocridad y el aburrimiento que, salvo en contadas excepciones, lo caracteriza cada año. Lord es consciente de ello. Tras ganar, declaró que han sido como "los que comen carne en un restaurante vegetariano".