Movistar+ estrena el día 13 En el corredor de la muerte, una serie con ingredientes de thriller y género judicial en la que predomina la historia de amor entre Pablo Ibar, el preso hispano-estadounidense condenado en Estados Unidos por un triple asesinato, y su familia, que lleva 25 años luchando para demostrar su inocencia.

Protagonizada por Miguel Ángel Silvestre, está basada en el libro del periodista Nacho Carretero, autor de Fariña, que también fue adaptada a la pequeña pantalla por Bambú Producciones, la misma productora responsable de esta miniserie de cuatro capítulos de 50 minutos; que ha sido presentada este miércoles en el Festival de Televisión de Vitoria, FesTVal.

La trama arranca en 1994 con la detención de Pablo Ibar por un triple asesinato en Miami y relata un largo proceso judicial de 25 años de duración -los mismos que ha pasado en la cárcel- con varios juicios que primero lo condenaron a muerte y después, en un fallo emitido este mismo 2019, a cadena perpetua.

Aunque En el corredor de la muerte narra la historia de Ibar y su familia por demostrar su inocencia, sus creadores defienden que en realidad es «una historia de sentimientos y amor entre un hombre y una mujer (la esposa de Ibar), de amor paternofilial y de amor entre una familia», dijo el director ejecutivo Diego Sotelo.

La serie, rodada en Panamá, tiene escenas en inglés y sobre en todo en castellano, con un Miguel Ángel Silvestre con el acento latino de Ibar, de quien vio muchos vídeos para tratar de clavar sus gestos y su forma de hablar.

Silvestre, contrario a la pena de muerte, está convencido de su inocencia y de que ha sido condenado «sin pruebas» y, tras haber vivido una temporada en Estados Unidos, cree que a cualquier latino le podría haber ocurrido lo que a Ibar dado el racismo existente hacia los hispanos.

INOCENTE / De hecho, todo el equipo comparte la idea de que Ibar es inocente. El productor ejecutivo Ramón Campos reconoció que «se discutió mucho» sobre el posicionamiento de la serie, aunque pronto se llegó a un consenso. «Creo sinceramente en la inocencia de Pablo y me parecía que nuestra labor era transmitir a la gente, que no tiene acceso a toda la información que nosotros tenemos, lo que sabemos. Lo contrario habría sido muy irresponsable», dijo.

Así, para tratar de ilustrar la debilidad de las pruebas en su contra, En el corredor de la muerte incluye las imágenes reales del asesinato grabadas por una cámara de seguridad en las que se ve el rostro de uno de los homicidas. Tras analizarlas Silvestre asegura rotundo que las diferencias con la mandíbula, cejas y nuca de Ibar demuestran que «efectivamente no es él».

Precisamente por ello, manifiesta el actor, para el equipo fue «un jarro de agua fría» recibir la noticia de que había sido condenado en el último juicio. «Esperábamos que fuera absuelto y viniera al rodaje. Su condena fue un mazazo», confesó el director de la producción, Carlos Marqués-Marcet. Ese último fallo judicial, del pasado mayo, pone punto final a la serie.