El jueves se murió la abuela Pura (Cuéntame cómo pasó TVE-1). Falleció en el pueblo. En el viejo caserón. En su cama. Rodeada de los suyos. Fue una muerte estupenda. Terele Pávez es una gran actriz. Se sabe morir muy bien. A nosotros, en casa, nos gustó mucho ese final. Mientras ella se va yendo de este mundo, va pasando por su lecho toda la familia. Pasa su consuegra Herminia. Pasa su nuera Merche. Pasan sus nietos. Y pasa su hijo Antonio, que se queda junto a ella hasta el final, hasta el último suspiro. Con todos ellos, mantiene la moribunda unas palabritas. Un ajuste de cuentas. Un memorando final antes de irse. Esa kermesse de los Alcántara alrededor del lecho en el que se está muriendo Pura ha sido un golpe teatral muy conseguido. Ha derramado, no obstante, el realizador de esta serie una considerable dosis de ternura agropecuaria en este capítulo. Se recreó mucho acariciando la vida rural de aquella España interior de hace 33 añitos. Cuidado. Los que tienen años suficientes, y buena memoria, saben que también había mucho pan duro, y mucha mala leche, en aquella apariencia bucólica de la cabra, la mosca y la colada en el río. O sea que, aunque sea en voz baja para no perturbar a la fabulosa audiencia conseguida, reprochemos otra vez esa forma de recordar lo que pudo haber sido y no fue. Dejando, eso sí, constancia de la extraordinaria muerte de la abuela Pura. En su agonía, lo humilde y lo glorioso se han fundido.

José María Aznar, crítico de televisión--. La irrupción del presidente Aznar en el campo de la crítica televisiva ya ha tenido respuesta. Sard se ha sentido aludido. Y el jueves inició sus Crónicas marcianas (Telecinco) diciendo: "Aznar ha criticado la telebasura", y tras un gesto de disgusto, añadió: "Vaya, ¿por qué se mete el presidente con Informe semanal ?". O sea, toma. Cabe asentir. No toda la basura está en Marte o similares. También la hay en algunos informativos, que es peor. Triste consuelo para Xavier Sard , de todas formas.