Las dudas se acumulaban en el camerino, donde las aspirantes, momentos antes de salir al plató instalado en un hotel de Valencia, se preguntaban qué tipo de chica buscaría El Terrat, la productora de Buenafuente, para el Neng. "He oído que le gustan las peras, pero yo le ofreceré mis naranjas valencianas", decía Isabel, de 35 años, muy segura. "Pues yo diré que quiero culturizarlo, llevarlo a los museos y a la ópera", replicaba Marta, universitaria de 21 años.

En contra de lo que pudiera parecer, chicas como Marta están más cerca de ser la media naranja del personaje que encarna Edu Soto. "Ganará la churri que dé más juego televisivo, quizá una superpija, o una heavy, pero una bakala sería demasiado redundante", admite David Fernández, en un receso del casting, donde encarna al Ñeñe, el mejor amigo del Neng y presidente del jurado. Una gogó de la discoteca Progressive y el ejecutivo discográfico Marcelino Amañao (Fermí Fernandes) completan el equipo de selección.

"Hola, me llamo Lydia y tengo 20", dice una candidata. "¿Veinte? ¡Veinte ´pacá´, nena", suelta el Ñeñe. La parodia ácida del mundo de los casting, con su imaginería del tráfico de favores sexuales y humillación al sexo femenino, inspira a todos los personajes involucrados. Marcelino Amañao le da a las chicas su número de habitación y hasta el reportero Raúl Cimas consuela a las aspirantes fallidas.

La mayoría de las 100 chicas que el sábado se presentaron al casting en Valencia respondían al estereotipo de fiestera descerebrada, la media pastilla del Neng, y algunas no fingían. Pero las que más gustaron eran las diferentes: una punk en bicicleta con una litrona encajada en el soporte del bidón de agua, un grupo de cinco cheerleaders con sus pompones y una pija relamida de mírame y no me toques. "La respuesta ha sido muy buena --dice el subdirector del programa, Jordi Evole--. Se trata de inventar cosas para mantener el subidón del Neng".

El casting prosigue en su tono habitual, pero el ambiente de chanza generalizada del equipo de El Terrat contrasta con la solemnidad generalizada de las concursantes. "Tía, estoy fatal. Es que te cogen y ya está, se acabó. Te haces famosa y ni estudias ni trabajas", suspira una adolescente dentro de un abrigo de piel y peluca platino.

La vida de la churri del Neng dependerá de la audiencia. A partir de hoy, Buenafuente exhibe una selección de las aspirantes valencianas, y si todo va bien, se realizarán castings en otras seis ciudades españolas. Las finalistas serán invitadas al plató.