Dentro del universo Netflix, una forma de ver el mundo se consolida y crece: las series españolas. Así lo destacaron este miércoles en Roma los directivos de la popular plataforma audiovisual estadounidense en la jornada See what’s next, dedicada a las próximas novedades de Netflix. Un acto en el que uno de los momentos culminantes fue el anuncio de que La casa de papel, la popular ficción española sobre un atraco casi perfecto a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, ya tiene asegurado su regreso en el 2019 con una nueva tanda de capítulos.

La nueva entrega, que la serie se estrenó hace menos de un año, contará con la presencia de «gran parte de los actores» que han integrado hasta ahora el reparto de La casa de papel, explicó Eric Barmack, responsable de series internacionales de Netflix. Una novedad que se suma a que la plataforma ha decidido quedarse «en exclusiva» con la producción de la obra, después de que se convirtiera en la más vista de habla no inglesa de Netflix.

«Tras el éxito mundial de la Parte 1 y Parte 2, El Profesor planeará nuevos golpes que serán revelados en el 2019», precisó la empresa. «La casa de papel es un show fantástico, con energía e intensidad, es un programa que tienes que ver», coincidió Reed Hasting, co-fundador y CEO de la compañía, en su discurso de abertura del acto en Villa Miani, un elegante edificio ubicado en la panorámica colina de Monte Mario de la capital italiana.

Con todo, La casa de papel no será la única apuesta española de Netflix. De hecho, la empresa también ha decidido producir la segunda temporada de Paquita Salas, basada en la experiencias de una representante de actores de la época del fax y escrita por Javier Calvo y Javier Ambrossi. Y, además de ello, también realizará Élite, una serie dirigida por el español Ramón Salazar que cuenta la historia de un colegio de niños ricos envueltos en un oscuro asesinato.

Ambas, como La casa de papel, son reflejo de la estrategia de comercialización que la plataforma parece haber decidido adoptar en Europa: invertir en proyectos que se producen localmente en la región, pero que se pueden consumir a nivel global, según explicó Todd Yellin, el responsable de producto de Netflix. «En Netflix creemos que la geografía no importa, puesto emitimos en 190 países y para 125 millones de subscriptores», dijo Yellin. «Por ello, hemos dividido el mundo en 2.000 comunidades de aficionados, pues nos interesa lo que gusta, los tipos de contenidos les interesan a nuestros clientes», añadió.