Patricia Gaztañaga reconoce que se encuentra en "un momento profesional muy dulce". Su programa, El diario de Patricia, es todo un éxito en Antena 3 TV, ya que lleva 1.155 tardes en antena, y cuenta con una audiencia muy fiel: el año pasado, congregó a 2.251.000 espectadores de media, con un 26,3% de cuota. La periodista bilbaína considera que sus seguidores son un público que su equipo y ella se han ganado a pulso tratando temas que siempre han sido "adecuados" para la franja de emisión del magacín.

--¿Sabe si aún le quedan muchos diarios?

--De momento sí, aunque no sabría decir por cuánto tiempo. Sabré cuándo tengo que dejar el programa porque será el día que ya no me ilusione. Es un talk-show que ha ido creciendo y cambiando con el tiempo, no es que esté haciendo lo mismo desde hace cuatro años y medio.

--¿Acudiría de invitada a un programa como el suyo?

--No. Pero es que no iría a ninguno por mi carácter. Y que yo no lo hiciera no significa que sea extraño hacerlo. Yo donde estoy cómoda es presentando, ése es mi sitio natural.

--¿Entiende que la gente que acude a su programa explique historias tan personales?

--Es que no todos somos iguales ni damos la misma importancia a las cosas. De todas formas, la gente que viene a El diario no creo que sea por falta de pudor a la hora de contar sus sentimientos. Es mucho más profundo. Acuden porque quieren arreglar una situación y creen que el sitio para hacerlo es el programa, no se trata del minuto de gloria famoso que todo el mundo dice.

--¿Todavía le sorprenden algunas de las historias que se cuentan en su espacio?

--Sí, y eso es lo bueno de nuestro espacio, que todavía tiene la capacidad de sorprender, incluso a nosotros mismos.

--Usted tiene que mostrarse cercana a los invitados y, al mismo tiempo, no involucrarse demasiado en los casos que cuentan...

--Lo que intento es tratar de entender a quien tengo enfrente, aunque muchas situaciones no las comparta. Hay que ponerse en el pellejo del otro y no juzgarlo, que es lo fácil. También es básica la curiosidad.

--¿Considera que el horario de emisión de su programa es el adecuado?

--Absolutamente. Nosotros cumplimos totalmente el código de autorregulación de la cadena. Por esa razón podemos estar donde estamos.

--¿Qué diría a las personas que engloban el programa que usted presenta en la telebasura?

--Nunca he aceptado ese término. Creo que ha sido un boom que, afortunadamente, se está relajando, una palabra que, de pronto, usó alguien y un montón de gente se subió al carro. Me parece una falta de respeto con el trabajo ajeno. Me pueden decir que el programa es bueno o malo, que está bien hecho o mal hecho, pero no lo pueden llamar así. La crítica es necesaria, pero con rigor. Ese concepto se puede aplicar a cualquier cosa, pero no se hace, como si sólo la tele fuera la culpable de todo.

--¿Piensa que no existe la telebasura?--Es que no utilizaría esa palabra. Considero que las cosas se pueden hacer mejor o peor, pero nunca llamaría así al trabajo de los demás.El diario de...

A-3 TV, 19.00