¡Qué noches la de aquellos días! Así se podría resumir el nostálgico reencuentro de 16 jóvenes que hace justo 15 años, y para sorpresa de propios y extraños, se convirtieron en un fenómeno social y pasaron a ser, mal que les pese, los 'triunfitos'. El reencuentro (que ofreció este domingo TVE-1) de aquellos chavales, ahora ya hombres y mujeres treintañeros, fue lo que cabía esperar de un tiempo -tan feliz- que marcó sus vidas: con muchas luces y algunas sombras. 'OT: el reencuentro' ha empezado, pero da para más:quedan otros dos domingos para ir viendo, no solo lo bien que se lo pasaron, sino también que significó para cada uno de ellos su paso por la ya mítica academia.

El primer especial no tuvo sorpresas y cumplió con lo que la mayoría de la audiencia (¡4.702.000 telespectadores!) pedía: nostalgia. Así, la fiesta de la melancolía se abrió con la obligada explosión de besos, abrazos y gritos de emoción desbordada cuando se encuentran todos juntos de nuevo. Después, vuelve la calma y el programa empieza a marcar su guion férreo, en el que se encadenan las reflexiones de cada uno de ellos sobre su paso por 'OT' (positivas y negativas), trufado de recuerdos de canciones que, 15 años después, no suenan nada igual. Tampoco, claro, es el objetivo.

Abrió la velada la estrella, la bautizada como 'Rosa de España',un peculiar caso de patito feo patrio que ya no tiene nada que ver con la niña insegura y acomplejada que sufrió más que disfrutó de aquella primera época de un mundo en el que se sentía totalmente desubicada "Tenía miedo porque no sabía qué iba a pasar con mi vida, porque no estaba preparada ni emocional, ni física, ni cultural ni psicológicamente. No había por dónde cogerme".

Tras Rosa, llegó la versión inversa del cuento del patito feo, con Àlex Casademunt, quien soltó la primera nota de amargura en la edulcorada noche: "Unos nos sentíamos menos queridos que otros en OT". Álex, ya no tan revolucionado y díscolo como hace 15 años, recordaba que ya había favoritos ("Bisbal llevaba un mes y medio y le hicieron un disco que le venía como anillo al dedo"), y que le frustró el hecho de que le colocasen en un grupo, Fórmula Abierta, que, ahora confiesa, no le gustaba nada.

¡MENOS MAL QUE NO GANAMOS EUROVISIÓN!

De hecho, Bisbal fue uno de los más mentados -y enfocados- de la primera noche de 'OT: el reencuentro', pero él se mantuvo bastante más discreto que el resto -incluso desubicado según dicen en las redes los más observadores-, y dejó toda la pasión desbordada para el eléctrico David Bustamante y su amigo de correrías Àlex Casademunt. Eso sí, Bisbal reveló uno de los secretos de la noche: cuando actuaron en el Festival de Eurovisión y mientras se hacía el recuento de votos, se ventilaron todas las botellas de vino que tenían en la mesa. Así, el artista confesaba: "Menos mal que no ganamos el Festival, porque no íbamos a ser capaces de afinar".

Bisbal también fue protagonista indirecto cuando Àlex recordó que, en los 'castings', lo vio en un rincón muy acongojado porque estaba resfriado y eso le podía perjudicar en las audiciones. "Al hablar con él pensé que no iba a llegar a ningún lado", reía Casademunt, demostrando el buen ojo que tuvo para calibrar a su compañero.

Junto con el recuerdo, las anécdotas y las reflexiones, el programa se amenizó con la esencia de 'OT': las versiones de grandes éxitos musicales, que permitió volver a ver en acción a los ya 'extriunfitos' 'recantando' composiciones como 'Happy day', 'Lucía', 'Sueña'... Lo dicho, emotivo pero ya no suena igual. Veremos en los dos próximos domingos qué da de sí el recuerdo, la nostalgia y la reflexión de Bustamente, Chenoa, Bisbal....