El presidente de RTVE, Alberto Oliart, acusó al PP de faltar a la verdad en el aluvión de críticas que le lanzó ayer el grupo popular durante su comparecencia ante la comisión mixta de control en el Congreso. Oliart insistió en que no piensa dimitir mientras que el Parlamento que lo eligió no revoque su nombramiento y aseguró que el principal partido de la oposición "tiene necesidad" en estos momentos de descalificar su gestión y exigir su renuncia.

Diputados y senadores del PP aprovecharon la sesión en el Congreso para escenificar su ruptura total con Oliart, al que acusan de "manipulación y sectarismo" solo cinco meses después de pactar su nombre con el PSOE. "¡Basta ya! Nuestra paciencia con usted se ha agotado. Es impresentable lo que está haciendo con el PP y su desvergüenza para mantener el pensamiento único del Gobierno", le espetó Ramón Moreno. Para el diputado del PP fue un "error" apoyar a Oliart, al que reprochó tomarse el cargo como un "retiro del guerrero". "A lo mejor es que no ve los informativos y solo ve La señora la serie preferida de Oliart", argumentó con ironía. Tras señalar que "ha sacado su patita por debajo de la puerta", Moreno le instó a marcharse "cuanto antes". "Si dice usted que son las Cortes las que le deben revocar, por nuestra parte está usted desde hoy revocado", concluyó.

ARGUMENTACION

El presidente de RTVE, imperturbable, le respondió a sus acusaciones: "Lo que dice es contrario a la verdad, porque ustedes tienen ahora un tratamiento que nunca se le ha dado a la oposición. Lo que pasa es que tienen necesidad de decirlo", afirmó. Oliart utilizó en numerosas ocasiones la expresión "digan lo que digan", para intentar desmoralizar a sus censores. "Están equivocados, digan lo que digan. Yo soy lo que soy, digan lo que digan", insistió antes de espetarles: "A ustedes lo que les pasa es que los dedos se les vuelven huéspedes".

El portavoz socialista, Oscar López, acusó al PP de utilizar a Oliart como "pieza de la campaña electoral", y de defender un modelo de televisión pública en el que "no había huelgas generales", se emitían las "bodas de Estado de la hija del presidente" del Gobierno y las filtraciones del Prestige eran definidas como "hilillos". Al final, en los pasillos, Oliart resumió la sesión con sorna: "Ha sido más un espectáculo que otra cosa".