Las estrellas de "Juego de tronos" se dieron un paseo triunfal en los premios Emmy como despedida tras sus ocho exitosas temporadas y protagonizaron la antesala de la gran ceremonia de la televisión sobre una alfombra que, en lugar del habitual color rojo, tenía este año un curioso tono morado.

El Teatro Microsoft de Los Ángeles (EE.UU.) dio la bienvenida hoy a las figuras más importantes de la pequeña pantalla, en una gala para la que "Juego de tronos", con 32 nominaciones, partía como principal favorita.

Una de las actrices de la superproducción de HBO que llamó más la atención fue Gwendoline Christie (Brienne de Tarth en la ficción), que acudió a la gala con un curioso conjunto blanco y rojo de aire medieval, muy en la línea de "Juego de tronos", y que estaba rematado con detalles dorados y un gran broche en la cintura.

Otra actriz que brilló con luz propia fue Emilia Clarke (Daenerys Targaryen), que deslumbró a los fotógrafos con un vestido azul marino muy escotado y recogido con un lazo en el vientre.

Un lazo similar, pero para coronar un vestido largo de tema floral, fue también parte de la apuesta de Lena Headey, la astuta y malvada Cersei Lannister de "Juego de tronos".

Y también causaron sensación Sophie Turner (Sansa Stark) y Maisie Williams (Arya Stark), hermanas en la serie y amigas íntimas en la vida real pero que hoy serán "enemigas", ya que se enfrentarán por el Emmy a la mejor actriz de reparto de un drama (en este apartado también están nominadas sus compañeras Headey y Christie).

Además, los fans de "Juego de tronos" recibieron como una gran noticia la reaparición en público de Kit Harington (Jon Snow), quien tras terminar la serie había ingresado en una clínica de rehabilitación para recuperarse de problemas de estrés y adicciones.

El adiós de "Juego de tronos" no fue la única despedida notable en estos Emmy puesto que Julia Louis-Dreyfus, la aclamadísima protagonista de "Veep", también sobresalió con un vistoso vestido dorado para decir adiós a esta sátira política.