La vida de los cooperantes en países en conflicto, sus pasiones y contradicciones son vistas desde la ficción en Promesas de arena, la serie que estrena TVE-1 el próximo lunes 11 de noviembre protagonizada por Andrea Duro, Daniel Grao y Blanca Portillo y basada en la novela homónima de Laura Garzón.

«El paisaje es un protagonista más que influye en los personajes y se ha buscado en ellos la belleza dentro del horror de la guerra», aseguró Portillo en la presentación de ayer sobre el rodaje en Túnez, que se convierte en la ficción en Libia, a donde llegan los cooperantes para trabajar en el hospital de la oenegé Acción Global.

Portillo interpreta a Julia, una veterana encargada de los suministros del centro pero «con una misión oculta que le obsesiona» y será la que reciba a los nuevos cooperantes.

Lucía es una de las jóvenes que llega a su misión cargada de expectativas y a la que da vida Andrea Duro, que la define como «una chica que empieza con muchas dudas, sin saber su lugar en el mundo y se va a la oenegé por vivir la experiencia y todo lo que le ocurre termina por convertirla en otra mujer».

Una de esas vivencias es su pasión desenfrenada con Hayzam, un ex militar ambiguo que no se compromete con nadie y que con su magnetismo le hará caer en sus redes. El italiano Francesco Arca se mete en la piel de este personaje que, según él, «vive en un equilibrio inestable entre el bien y el mal».

Del personaje de Duro se enamorará también Andy, el jefe del campamento interpretado por Daniel Grao, que es «muy analítico y que intenta aplazar las emociones» y que dentro de la serie «sirve para mostrar cómo muchas veces esta gente que ayuda fuera de casa está huyendo de algo o de sí mismo».

Al grupo de cooperantes se une también Berta, «una ginecóloga sin filtros que llega porque quiere ayudar y termina descubriendo que es el viaje el que la ha ayudado a ella», según su intérprete, Thais Blume.

La serie coproducida por TVE junto a Atlantia Media ha recreado en el oasis de Tozeur y en la ciudad portuaria de Sfax, ambas en Túnez, la ciudad ficticia de Fursa, donde se ha llevado a cabo casi todo el rodaje.