Hasta el año pasado, Teri Hatcher era conocida por la serie Lois y Clark y por ser chica Bond en El mañana nunca muere . Ahora, a los 40 años, Hollywood le ha vuelto a dar otra oportunidad de triunfar con Mujeres desesperadas, comedia negra por la que este año obtuvo un Globo de Oro.

Divorciada y madre de una hija de 7 años, Hatcher se ha embarcado en una aventura que tiene mucha resonancia en su vida real. Mujeres desesperadas es como el segundo acto de Sexo en Nueva York : las protagonistas han dejado la ciudad por los barrios de la periferia, han creado una familia y elegido quedarse a cuidar de sus hijos. Si Sexo en Nueva York exploraba el miedo de cuatro solteras a no encontrar el hombre perfecto, Mujeres desesperadas alimenta las dudas de éstas sobre si sus matrimonios merecen la pena. Además, la serie expone la doble moral de la sociedad de EEUU, los temores de las mujeres al borde de los 40 y las miserias de una comunidad aparentemente idílica.

Hatcher encarna a Susan, divorciada y madre de una adolescente. Susan se enamora de un nuevo y enigmático vecino, fontanero de profesión. La serie ya va por la segunda temporada en EEUU, donde está batiendo récords de audiencia.

--¿Cómo reaccionó cuando le ofrecieron interpretar a una mujer desesperada?

--Para empezar, la idea de hacer televisión no me atraía mucho, porque soy madre soltera y las series implican muchas horas de trabajo durante todo el año. Pero al leer el guión me di cuenta de que era extraordinario, lo mejor que había leído en años. Así que les dije a los autores que aceptaba el papel, o cualquier otra cosa que tuvieran, aunque fuera servir cafés, con tal de estar presente en el rodaje.

--¿Se identifica con el personaje que interpreta?

--Sí, soy una mujer desesperada, como la mayoría de mis amigas. Todas son madres que tienen que ocuparse de la casa, de los hijos, del trabajo, de pagar las facturas, la hipoteca y, en mi caso, de intentar tener una vida social; así que hay muchas situaciones desesperadas en la vida de las mujeres de hoy en día.

--¿Ha vivido en alguna situación embarazosa, como le ha pasado a su personaje?

--Alguna vez... Hace unas semanas, en un hotel de Nueva York, casi le prendo fuego a un jersey de mi hija al acercarlo demasiado a una vela. Son las típicas situaciones que le ocurren a Susan. Por supuesto, las sugiero a los guionistas, y algunas salen.

--¿En qué se diferencia de Susan?

--En que yo cocino bastante bien y ella es un desastre en la cocina.

--¿Y en el terreno sentimental?

En cierta manera. No estaría mal compartir cosas con alguien, cosas que sólo puedes compartir con un hombre, pero no me obsesiono por ello. No estoy buscando llenar un vacío en mi vida. Reconozco que me da miedo volverme a enamorar y que luego me dejen: no me puedo permitir tener un bajón.

--¿Ha cambiado mucho su vida con el éxito de la serie?

--Sí, mucho. Yo era madre las 24 horas del día, porque no he tenido mucho trabajo en los últimos años. Pero ahora, que, además de grabar un episodio tras otro nos tenemos que dedicar a la promoción, hay muchas cosas que no puedo hacer. Como llevar a mi hija al colegio. El resto sigue igual: mis amigos siguen siendo los mismos, y yo hago la misma vida. Lo que más ha cambiado es el aspecto económico: ahora puedo pagar la hipoteca sin problemas.

Mujeres... TVE-1, 22.00