Tras producciones de la categoría y el impacto mediático de Nip/Tuck (2003-2010), Glee (2009-2015) y American Horror Story (2011, y sigue), todo el sector audiovisual esperaba la nueva genialidad de los productores Ryan Murphy y Brad Falchuk. Y esta llegó hace ahora un año: el canal estadounidense F/X estrenó Pose, sorprendente y sugerente serie sobre el mundo de las drag queens de la glamurosa Nueva York de los años 80. La calidad y originalidad hizo que la producción se renovase apenas un mes después de su estreno, una segunda temporada que es la que hoy estrena la plataforma HBO en España.

Lo primero que salta a la vista de Pose (Actitud, con la idea de posar) es que no hay trampa ni cartón: reúne al mayor elenco de actores transgénero y LGBTI que nunca se hayan visto en una ficción. En este equipo destacan Mj Rodriguez (Rent), Dominique Jackson, Indya Moore, Hailie Sahar y Angelica Ross. Y con este plantel, al que se sumaron Evan Peters, Kate Mara y James Van Der Beek, la serie desarrolla las historias de diferentes personajes que se entrecruzan en el que se une la ball culture y las ballroom (donde se reivindicó el colectivo LGBTI), los primeros titulares de un especulador inmmobiliario llamado Donald Trump y la movida social y cultural de finales del siglo XX en Nueva York.

En la trama, más amable que descarnada y con más mugre que glamur, Mj Rodríguez interpreta a Blanca Rodríguez, que abandona la Casa de la Abundancia y a su protectora, Elektra (Dominique Jackson), para formar su propia casa. Es decir, un hogar para crear un nuevo tipo de familia que acoge y ayuda a los jóvenes LGBTI rechazados por sus familias.

Indya Moore interpreta a Angel, una prostituta callejera que aspira a ser modelo. Ryan Jamaal Swain es Damon Richards, un bailarín que se une a la casa de Blanca. Destaca la presencia del actor Billy Porter, quien protagonizó uno de los momentos más impactantes de la última gala de entrega de los Oscar al aparecer con un esmoquin de terciopelo negro y una espectacular y amplia falda del mismo color.

En esta segunda temporada, la trama se sitúa en 1990, donde la comunidad del ballroom inicia su fusión con la cultura pop.