Gesta nada despreciable la que ha conseguido Joan Manuel Serrat en Madrid, en un solo día. Ayer por la mañana fue entrevistado por la señora María Teresa Campos (Día a día , Telecinco) y por la tarde en Lo + plus (Canal Plus). Tiempo atrás a esta hazaña, a esta confluencia que ha logrado el cantante catalán, la hubiésemos comentado así: el noi del Poble Sec ha obtenido el favor de dos ismos, el del marujismo de la doña y el del elitismo del plus. Hoy esta apreciación no es de recibo. Hoy el marujismo de la Campos y el elitismo de los del plus, están diluidos. Y ambos confluyen en una nueva realidad televisiva, una especie de engrudo, pasta o papilla, en busca de lo digestivo.

De la entrevista de la Campos lo mejor ha sido la dedicatoria que le puso Serrat en el disco. Decía: "Para mi querida María Teresa, con cariño veterano hijo de caminos compartidos. Y siempre con alegría". Es un relicario con mucho equilibrio. Y lo de con cariño veterano tiene una retranca sorda muy graciosa, muy andaluza. De la entrevista en el plus lo más sabroso ha sido la pregunta que le hizo Ramón Arangüena. Sentado en la grada del público, simulando ser forofo culé de toda la vida, le preguntó a Joan Manuel Serrat si Kubala era tan duro como decían. Y él, que sí que es culé de toda la vida, le dijo al culé de mampostería: "Kubala nunca fue un duro. Era un hombre de una gran ternura. Era dulce y generoso como pocos". Más que una respuesta, aquello fue la buena obra del día: iluminar a quien anda futbolísticamente descarriado y a oscuras.

El nombre del corazón --. Permítanme un epílogo acerca de la señora María Teresa Campos otra vez. Ayer, antes de entrevistar al creador de Mediterráneo estuvo discutiendo en su corrillo con Jorge Javier Vázquez, presentador de Aquí hay tomate (Telecinco). Discrepaban acerca de la esencia actual de la prensa del corazón. Al final, doña Tere, le espetó: "Eso no es el corazón. ¡Eso es el coño!". Inapelable lección de anatomía.