La belleza del entorno salvaje que rodea Valdelavilla fascinó a María Hervás (La que se avecina) hasta el punto que, una mañana, la joven actriz madrileña decidió aprovechar un descanso del rodaje de El Pueblo para dar un paseo por los bosques que rodean este enclave verde perdido en la inmensidad soriana y…, se perdió. Al cabo de unas horas deambulando se la encontró por casualidad Santi Millán, compañero de rodaje que, fiel a su pasión por machacarse en bici, había salido a dar una vuelta por el pedregal. Santi le avisó de que estaba lejos del set de rodaje y le indicó el largo camino de vuelta. María tomó la carretera que le señaló Santi y emprendió la vuelta.

No, no es parte de la trama de una nueva serie de Tele 5, sino una de las muchas anécdotas que ha vivido el equipo de rodaje de El Pueblo, nueva serie de Tele 5 sobre urbanitas que emigran a un villorrio. Protagonizada por Santi Millán e Ingrid Rubio, presenta una característica única: toda, absolutamente toda la obra se ha grabado en un pueblo real abandonado (Valdelavilla), en lo más profundo y recóndito de la geografía soriana, una zona con un nivel de población de dos personas por kilómetro cuadrado. La más despoblada de la UE. Y claro, el rodaje de la serie es en sí una pura metaserie. «Rodar en un pueblo en el que no vive nadie y que está a más de 50 kilómetros de Soria y en el que actores y equipo de rodaje están encarcelados cuatro meses y con intimidad cero, da para un reality show paralelo perfecto», afirma el productor y autor de El Pueblo, Alberto Caballero, quien reconoce que, por suerte para su corazón, se enteró de la aventura de María Hervás cuando ella ya estaba en el desvío de la carretera que lleva a Valdelavilla, donde la dejó la furgo.

Pero eso de vivir en un pueblo con apenas una rayita de cobertura en el teléfono móvil da para muchas horas de tedio en las que el reality casi sale solo, como recuerda Caballero: «Una noche se nos ocurrió hacer un broma a todo el equipo simulando una especie de Viernes 13… Es un escenario tan propicio... Pero al final no nos atrevimos…, creo que con buen criterio…», reconoce.

Con la despoblación que sufre Soria podría parecer fácil encontrar un pueblo abandonado. Nada más lejos de realidad. Fueron muchos meses recorriendo la provincia para dar con uno que reuniese las características necesarias de ambientación. Y de habitabilidad para acoger, con las mínimas condiciones, a un equipo de unas 80 personas durante cuatro largos meses, con sus días y sus noches (y con apenas un palito de cobertura en el móvil).

Fue difícil, sí, pero al final dieron con el pueblo perfecto: Valdelavilla, pequeña localidad abandonada en los años 60 y que la Caja Rural de Soria rehabilitó a principios de este siglo con la idea de potenciar un núcleo de turismo rural, que alquilan para eventos como congresos y, sobre todo, fiestas de bodas de fin de semana. «Fue un auténtico chollo, una maravilla. Es perfecto para lo que queríamos hacer, incluso tuvimos que envejecer las casas un poco para dar una mejor idea del declive de la aldea», explica el productor, quien insiste en señalar que El Pueblo es un proyecto único: «Es la primera vez que una serie se hace totalmente en exteriores. Un plató al aire libre… De hecho, si no lo hubiéramos encontrado, esta comedia no hubiera sido posible».

«La idea de El Pueblo es mostrar la moda del neohippismo: cambiar de vida, dejar la gran ciudad e iniciar una nueva etapa vital en un pueblecito cerca de la naturaleza y lejos del estrés del urbanita», explica Caballero, creador de esta serie que ahora ve la luz.