Tele 5 ha encontrado en Supervivientes a su gallina de los huevos de oro de esta temporada. Tras el pinchazo del último Gran Hermano, que fue clausurado antes de tiempo por su escaso respaldo popular, en la cadena de Fuencarral había inquietud por conocer el estado de salud de los formatos de telerrealidad. ¿Se habían cansado los telespectadores de cotillear las andanzas de un manojo de individuos encerrados en un lugar? La audiencia del programa desde su estreno el 15 de marzo ha espantado los malos augurios. Larga vida al reality. Al menos, al que somete a rostros conocidos a pruebas de supervivencia extremas.

Tras 17 ediciones, Supervivientes está batiendo este año sus récords históricos. Con más de tres millones de fieles seguidores y el 28,6% de cuota, Tele 5 presume de estar emitiendo «el programa más visto y con mayor share de la temporada».

Nunca antes el concurso había conseguido hacerse con un trozo tan grande de la tarta televisiva -el año pasado no pasó del 26% de share-, ni siquiera cuando la fragmentación de las audiencias era una amenaza remota que no quitaba el sueño a los programadores de las cadenas. De hecho, en sus primeras ediciones, a principios de la década del 2000, Supervivientes apenas interesaba al 20% del público.

ESTRATEGIA EXITOSA / Consciente del tesoro que tiene entre manos, Mediaset lo está explotando al máximo con cuatro emisiones nocturnas a la semana -martes, miércoles, jueves y domingos-, sin contar la coba que dan a las cuitas de los concursantes en otros espacios de la cadena, como El programa de Ana Rosa y Sálvame. La estrategia funciona: no hay gala que no reine con holgura en el ránking de programas más vistos de la jornada. La del pasado jueves, que sirvió para enviar a Sergio a la final y mandar de regreso a casa a María Jesús, consiguió el minuto de oro del día: a las 23.16 horas, hasta 4,2 millones de espectadores vieron la nominación de Hugo, Logan y Maestro Joao.

Esa noche, mientras el país se disponía a cambiar de Gobierno en cuestión de horas, Supervivientes fue lo más comentado en Twitter.

Jorge Javier Vázquez, que el jueves presentó la gala lanzando un guiño a la actualidad política -«Se va Mariano Rajoy y me sale el envejecimiento», dijo para justificar su look Copito de Nieve-, conoce bien el programa.

Lleva guiándolo desde el 2011 y, si bien el éxito le ha sonreído en estas siete ediciones, reconoce que no esperaba superar el del año pasado. Hay un punto sádico en la audiencia que, según cree el presentador, hace que el concurso la deje imantada delante de la pantalla. «La gente ve que las penalidades que sufren los concursantes son reales, que pasan hambre, adelgazan, no duermen y, a pesar de eso, se esfuerzan con generosidad en las pruebas, y esto atrapa. Supervivientes tiene un carácter épico que no tienen otros realities», destaca el conductor.

TRIÁNGULOS AMOROSOS / En esta edición, a la experiencia extrema de la supervivencia le han añadido picante los triángulos amorosos protagonizados por Sofía, Logan, Hugo y Alejandro Albalá, los conflictos de convivencia generados por Saray, que acabó siendo expulsada por golpear a Romina, y hasta el propio clima de Honduras: los concursantes incluso llegaron a ser evacuados de manera urgente en el mes de abril como consecuencia de la por culpa de un fuerte temporal.

«Lo bueno de este año es que hay varias tramas funcionando a la vez, la gente sigue el programa como si viera un culebrón» televisivo, señala Vázquez, quien desmiente el tópico de que el éxito de un reality reside en el cásting. «Lo importante es lo que sucede, no cómo llegan el día del estreno. A veces te llevas sorpresas, como ha ocurrido este año con Maestro Joao. Al principio del programa parecía que no aportaba nada y, sorprendentemente, al final ha resultado ser clave para todo», observa el presentador del programa.