En el tiempo que se tarda en leer este texto --unos tres minutos--, las cadenas de tele emiten, como mínimo, un acto violento. La agresión puede tener carácter físico o verbal, justificado o injustificado, puede conllevar para su autor consecuencias perjudiciales o beneficiosas, pero el ataque, según un estudio de la Universidad Complutense, se muestra en la pantalla, buena parte de las veces en horario protegido. Cada tres minutos. En rigor, cada algo menos, pues los cálculos del departamento de Psicología Social de este centro, llevados a cabo en tres años distintos, reflejan que las teles emiten 23,7 actos violentos por hora. Y lo más sorprendente es que el informe sostiene que en muchos casos esas agresiones tienen efectos positivos sobre el espectador.

"La presencia de violencia en las pantallas puede no ser tan negativa como suele apreciarse", dice la directora del estudio, Concepción Fernández Villanueva, cuyo equipo grabó y analizó 133 horas de emisión de las cadenas nacionales y autonómicas más importantes, contó las agresiones de forma detallada --si en una pelea se muestran 20 patadas, los investigadores apuntaron "20 actos de violencia" en lugar de uno-- y debatió las imágenes con ocho grupos de 16 personas. El trabajo señala que las agresiones en televisión aparecen deslegitimadas en un 40% de los casos --legitimadas el mismo número de veces--, y en muchos ocasiones se trata de violencia real, no ficticia, por lo que provocan que quien está plácidamente sentado en el sofá de su casa "conozca la realidad, se identifique con personas o situaciones y experimente nuevas emociones".

Pero más allá de la presunta función social de los golpes y los insultos en la pantalla, el trabajo, aunque este no haya sido su objetivo, muestra una vez más el fracaso de la autorregulación televisiva, ese código pactado entra las cadenas y el Gobierno a finales del 2004. Mientras que en los dos primeros años estudiados --2000 y 2004-- la franja horaria más sangrienta era la que va de las ocho de la tarde a las dos de la madrugada, en el último, el pasado 2007, hubo más agresiones entre las dos y las ocho de la tarde --horario considerado infantil y por tanto especialmente protegido-- que en ningún otro espacio temporal.

La investigadora Fernández Villanueva atribuye este reciente fenómeno al "aumento de los informativos", pues son estos programas los que emiten más actos violentos (el 21,3% de todas las agresiones contabilizadas), seguidos de las películas (19,3%), los adelantos de otros espacios (12,5%), las series (12,2%), la publicidad (9,5%) y los magacines (7,5%). Pero solo en uno de cada cuatro casos los agresores reciben algún tipo de consecuencia negativa por sus actos. La violencia, sostiene el estudio, está "fuertemente masculinizada". Tanto entre los agresores (en el 75% de los actos violentos el autor es hombre) como entre las víctimas (70% de los casos).