No va de buena actriz, aunque brilla en sus interpretaciones. No va de cantante, pero demostró que sabía hacerlo en Tu cara me suena. No va de guapa, pese a tener una belleza elegante que traspasa la pantalla. Lucía Jiménez (Segovia, 1978) ya no es aquella niña de 18 años que se dio a conocer con la serie Al salir de clase, y en su haber figuran series, musicales y películas. Ahora le ha llegado la oportunidad de participar en Amar es para siempre, un sueño que acariciaba. Estén atentos, que llega Irene.

-Este año ha tenido que acortar sus vacaciones...

-Eso es. Entro en la nueva temporada de Amar es para siempre y como se empezó a grabar en este mes de agosto he tenido que interrumpirlas. Pero con alegría, porque es un proyecto muy bonito.

-Una serie diaria tan longeva y consolidada… Cuando se lo propusieron, ¿cómo lo recibió?

-Llevaba ya tiempo con ganas de que sucediera, porque, como la serie lleva muchos años, yo pensaba: en algún momento me tocará. Y por fin ha llegado este año, y en un buen momento. Porque en la serie estamos en los años 76 y 77, una época, la de los años 70, muy bonita de hacer y que yo no había tocado nunca.

-¿Qué le gusta más de Irene?

-Es un personaje que está lleno de matices y de sorpresas. Y de recorrido. Llevamos poco tiempo de rodaje y ya me ha tocado hacer un montón de cosas. Es una mujer que está enamorada y todo lo que va a hacer lo justifica la pasión y el amor que siente por esa persona.

-¿Es algún miembro de los Vega? La familia rival de los Ordóñez, para quienes Irene trabaja.

-Es que no sé lo que puedo desvelar. Lo que sí le puedo decir es que va a ser muy juzgada, porque la persona de la que está enamorada está…

-¿Casada?

-Sí. Es un hombre casado.

-No hacía una serie diaria desde ‘Al salir de clase’. ¿Cómo lleva haber participado en una serie que pasará a la historia de la tele española?

-Son proyectos que llegan y que uno no sabe la dimensión ni la repercusión que van a tener en tu vida. Yo voy por la calle y sigo siendo la de Al salir de clase. Son gente de mi generación que te dicen: «¡Te veía en Al salir de clase! ¡Qué ilusión». La verdad que ha pasado mucho tiempo, pero recuerdo esa serie con muchísimo cariño, con mucho amor. En ella aprendí mucho, porque fue una gran escuela. Imagínese: trabajando en una serie diaria con 18 años, con cuatro cámaras, guiones, estudiando a todas horas... Al final sales con muchas tablas.

-Además fue una gran cantera de actores y actrices. ¿Mantiene contacto con sus compañeros?

-Pues sí. La serie duró cinco años y yo estuve solo los primeros meses, porque me fui, pero por ahí ha pasado muchísima gente. Y los de la primera etapa, que fue con los que coincidí, Athenea Mata, Aurora Carbonell, Elsa Pataky, Mariano Alameda… toda esa pandilla, intentamos quedar.

-¿Hasta el punto de tener grupo de Whatsapp?

-Sí, porque hace poco se cumplieron los 20 años de la serie y nos juntamos todos. Fue muy bonito. Y desde entonces tenemos un grupo y la intención siempre es vernos.

-Otro momento importante en su carrera televisiva ha sido su participación en el concurso de imitaciones ‘Tu cara me suena’. ¿Es, como dicen, una experiencia única?

-Cuando surgió la oportunidad, yo tenía bastante miedo. Pensaba: pero, ¿cómo voy a ir yo a ese programa? ¡Si es muy difícil! Era un reto. Y después de valorarlo mucho, y de tener conversaciones con la gente del concurso, que querían que estuviera y me decían que lo podía hacer muy bien, dije: voy a confiar. Tenía el apoyo de mi equipo y pensé: puede ser una oportunidad de mostrarte a ti misma que puedes hacerlo.

-También canta en su última película, ‘Casi 40’.

-Sí. Canto bastante. Iincluso el tema principal de la película lo interpreto yo .

-Menudo regalo le ha hecho David Trueba, 20 años después de ‘La buena vida’, filme que le valió una nominación en los Goya.

-Es un proyecto muy bonito, sí. Y viene mucho al caso, porque estábamos a punto de cumplir esa edad. Fue un proyecto hecho con mucha calma, mucho amor, sin grandes pretensiones... Era más algo que teníamos pendiente. Y el resultado es un viaje, una road movie, que hacen dos personajes de La buena vida los que interpretamos Fernando Ramallo y yo, por los campos de España con una gira musical improvisada que hace él para mí. Es muy bonita.

-Es madre de tres niños y activa en el club de las ‘Malasmadres’...

-Malasmadres es un movimiento muy necesario. Es un lugar donde compartir las experiencias cuando eres madre, trabajas, quieres tener amigos y salir…, pero quieres mucho a tus hijos. Entonces esto te genera una especie de estrés. Y luego están las inseguridades cuando eres madre primeriza... Todo ese universo en el que una se mete cuando entras en la maternidad, vamos. Y ahí lo puedes compartir y ver que no eres única, que a todo el mundo le pasan las mismas cosas que a ti y, con sentido del humor, desahogarte.

-Coincidió con su marido, el actor Benito Sagredo, en ‘La señora’. ¿Le gustaría repetir experiencia?

-Benito me ayuda muchísimo en todo, nos compenetramos muy bien. Si coincidimos, fenomenal; pero si no, no pasa nada, porque como ya pasamos el día juntos...

-¿Algún proyecto más en el horizonte?

-De momento vamos a centrarnos en esta serie... que ya es bastante (ríe), porque tiene mucho trabajo y porque quiero hacerlo bien. Y es verdad que hay cosas, pero vamos a ver cómo tenemos las fechas para cuadrarlo.