Era la final más impredecible de la historia de Tu cara me suena, porque no había un claro favorito, sino cuatro. Pero ganó quien tenía que ganar: María Villalón. Y con ella, ganaron los otros cuatro finalistas, mejor dicho, los otros ocho concursantes, porque todos, en las entrevistas previas y por los pasillos del estudio donde se hace el talent de A-3 TV, manifestaban un único deseo: «Que gane María». Porque la malagueña, además de un indiscutible talento y una humanidad desbordante, llevaba tras de sí una historia de cenicienta moderna que necesitaba demostrar que era suyo el zapatito de cristal.

Y es que, tras ganar hace 12 años otro talent, Factor X, e iniciar una carrera que empezó bien (de ella es la canción La lluvia), las cosas no fueron como esperaba y acabó trabajando en un McDonald’s y emigrando a Escocia, donde servía sándwiches. Hasta que recibió la llamada del cásting del exitoso programa de A-3 TV. «La gente debió de pensar, ¿quién es esta chica? Fui la penúltima confirmada y me dije: ‘¿Dónde voy yo en una edición con gente tan conocida?’. Y de ahí a pensar que ganaría... Aún no me lo creo», decía el viernes, en el plató donde, tras cantar la copla Ojos verdes en la piel de Pasión Vega, acababa de proclamarse ganadora con los votos de los telespectadores, que era quienes decidían en la final.

«Lo importante, cuando tienes un sueño, es intentarlo. Y yo lo hice, pero pensé: ‘Igual no está pa mí’. Y cuando quise tomarme un tiempo y llevaba seis días en Edimburgo viviendo en un hostel y buscándome la vida, llegó la oportunidad. Quiero que mi historia sirva para eso. Como dice mi madre: ‘Al final, lo que siembras lo recoges’». Y añade, emocionada: «Es un premio a tantos años de música. Porque, aunque nadie me conocía, empecé en esto a los 14 años [en abril cumplirá 30], he hecho siete discos, conciertos, un libro de recetas de cocina, una novela... Cosas que parecía que caían en saco roto. Pero si no las hubiera hecho, no me habría llegado la oportunidad de Tu cara...».

OTROS SUEÑOS / Y mientras corre por su mejilla una lágrima muy almodovariana, asegura que otro de sus sueños es la interpretación: «Por estar en Factor X, no pude hacer la selectividad en junio. En septiembre no había plazas de Arte Dramático y me metí en Filología Hispánica. Pero es una espinita que me quedó clavada». De hecho, su actuación preferida, y gran reto, fue Cocinero, cocinero, de Antonio Molina: «Unía una música que me encanta con hacer un papelito».

Ahora no se cierra a ninguna propuesta, aunque no se ve cocinando: «Yo es que la cocina... Solo sé con latas de atún. Mi libro de cocina va de eso. Además, soy muy torpe. Bueno, si quieren reírse, que me lleven a Masterchef», concluye la cantante.

Lo que no olvidará jamás es el apoyo de sus compañeros. «Es un premio que todos querían que ganara yo. Y yo, que fuera Baute. Pero es que Soraya, Mimi...», confiesa. Pero en la final, todo fueron sorpresas: el huracán venezolano quedó segundo; Soraya (primera siempre), tercera; Mimi, extriunfita de OT 2017, cuarta, y Jordi Coll, quinto. Todos ellos, y Anabel Alonso, José Corbacho, Manu Sánchez y Brays Efe estaban felices por su triunfo.

Ella, por su parte, les ha devuelto tanto cariño como mejor podía hacer: repartiendo con sus compañeros los 30.000 euros de premio destinados a diferentes oenegés.