Como la tele es un instrumento sensible, esta semana nos ha iluminado dos veces sobre un tema de lamentable actualidad: la tortura. Hemos aprendido que, dentro de la tortura, hay matices. En el programa ¡Ya es viernes!!... o no (Antena 3 TV), torturaron al célebre M. A.R.

(Miguel Angel Rodríguez), antaño mano derecha, portavoz y casi hijo adoptivo del presidente del Gobierno, José María Aznar. Le enchufaron a una especie de reconstrucción de La máquina de la verdad y sacaron a Esther Arroyo para que manejase los hilos. Le hicieron a M. A. R., dos preguntas curiosísimas. La primera: "¿Ha salido usted de copas, alguna vez, con José María Aznar? ¿Se han emborrachado juntos?" Respuesta: "Aznar cuando sale de copas solo toma té". La segunda: "¿Es cierto que usted posee la Gran Cruz de Isabel La Católica?". Respuesta: "Sí. Fue una imposición muy bonita porque no fue en un acto público: me la impuso Aznar en casa, una noche que vino a cenar". Impagable información: el presidente del Gobierno cuando sale de copas toma té, y cuando impone condecoraciones lo hace en la intimidad de los domicilios de sus amigos. Esa misma noche, en Barcelona Televisió, Joan Tapia entrevistó a Martxelo Otamendi, exdirector del clausurado diario Egunkaria . Este periodista denunció haber recibido torturas, hace pocos días, cuando fue arrestado por la policía. Dijo: "Me hicieron caminar desnudo. Me pusieron algo parecido a una pistola en la sien izquierda, y escuché el clic del gatillo. Me aplicaron, explicó en cierto momento, dos veces la tortura de la bolsa : a cuatro patas, con una bolsa de plástico en la cabeza que se te pega a la boca y a las fosas nasales cuando respiras, como una ventosa, y en tres segundos notas que te vas".

Aleccionadora noche temática sobre la tortura. La del periodista Otamendi es la tortura innombrable, la que no conviene publicitar ni airear. La de Miguel Angel Rodríguez es la tortura de la risa. La de la España que va bien. Una maravilla.