Un culo (femenino) vale en la tele de EEUU un millón de euros. Esta es la multa que le ha impuesto a la cadena ABC la Federal Communications Commission (FCC), el consejo regulador de la televisión.

Este ejemplar castigo se gestó el 25 de febrero del 2003, cuando la popular serie Policías de Nueva York (NYPD Blue ) emitió el capítulo titulado Nude awakening . Este episodio se abre en un cuarto de baño: la detective Connie MacDowell (la actriz Charlotte Ross) se despoja del albornoz para la tonificante ducha matinal y la picarona cámara aprovecha el interín para dar un plano, trasero, de cuerpo entero. La escena de la serie que hizo famoso a David Caruso sigue, ya que la intención no es mostrar un culo en plan espot de champú, sino crear una situación tensa, la que se plantea en el escusado cuando, de improviso, entra sin pedir permiso un somnoliento crío, que se encuentra a la detective descalza hasta el cuello. Es de esas escenas que en EEUU deben crispar más que el primer plano de un balazo en la sien, o un navajazo en el hígado. Y también crispó a la Federal Communications Commission. Según ha fallado el ente que preside Kevin J. Martin (exasesor y fervoroso seguidor de George Bush), enseñar un culo en televisión es obsceno: "La escena está dentro del límite de nuestra definición de indecencia, porque muestra órganos sexuales y órganos excretores, específicamente los glúteos de una mujer adulta".

La cadena ABC argumentó en su defensa que un culo no se puede calificar de órgano sexual, lo que, stricto sensu , es cierto, pero entrar a discutir sobre cuáles son las funciones de nuestra anatomía nos llevaría a vericuetos que no ha lugar.

Lo que sí viene al caso es reflexionar sobre lo cerca que está EEUU de Afganistán y lo lejos que está de España. Tolo TV, la tele más popular de Afganistán, estuvo a punto de ser cerrada por emitir imágenes "inapropiadas": un concierto de Shakira que, para más inri, se reemitió durante las fiestas de Eid (que cierran el mes de ayuno del Ramadán). Y eso que el presidente de Tolo TV, Saad Mohseni, aseguró que el concierto fue "bastante censurado", y alteró números de la eléctrica colombiana "que podían ser vistos como provocadores". La otra cara de la moneda la tenemos en casa: aquí, no han dado las doce de la noche que ya hay teles locales --y alguna pirata-- que ofrecen porno duro. Y no pasa nada. ¿Qué es mejor, una Federal Communications Commission que multe a tanto el culo o vivir en una república bananera del audiovisual como España?